María de Lourdes Briones Torres imparte clases de piano a un grupo de mujeres de edad adulta que siguen activas y que desean seguir creciendo tanto personal como espiritualmente y con motivo del Día de la Madre organizó una reunión en su hogar para celebrarlo.
María de Lourdes llevó como regalo sorpresa a las invitadas al “Trío Borodín” integrado por los jóvenes: Priscila Angulo Briones, Amadeus Arteaga y Samuel Meza  quienes deleitaron los sentidos de las damas con el “Trío de piano VI” de Haydn que tocaron.
Después, dos alumnas intervinieron recitando poemas: Guillermina Saviñón con “No prodigues tu acento” y Carmen Marín con “El mirar del ciego”. Lo anterior provocó que las demás asistentes pidieran que declamaran más poemas viviendo así un día inolvidable y divertido.
Posteriormente se realizó una rifa de regalos, de la cual las ganadoras agradecieron a María de Lourdes por ello.
La conviencia resultó lo que esperaban y entre todas se desearon lo mejor por este día especial para ellas, el Día de las Madre. También compartieron la experiencia que han tenido a tomar clases de piano.

VIVA VOZ
“Esto ha mejorado mi autoestima, mis ganas de hacer las cosas porque a  parte de piano hago otras cosas que tampoco había tenido tiempo, entonces eso engloba todas mis necesidades que tenía y que las había postergado por cuestión del hogar”.

Christina Velázquez.

“Es una experiencia de crecimiento personal muy grande, de  encuentro interno, de catarsis, de limpieza porque hace que las emociones reprimidas quizá las tristezas, las ansiedades se canalicen y es inclusive medicinal”.
Guillermina Saviñón.

“Mi experiencia es muy bonita, yo soy mamá de cuatro hijos, tres nietos y nunca había podido tomar clases de piano, mi experiencia con el piano es muy relajante y a parte tomo clases de pintura entonces todo lo he combinado ahora que mis hijos están grandes y que ya soy abuela. Ahora me siento más útil, con más ánimos en la vida”. 
María Christina Hernández Torres.

“Para mi ha representado como una terapia porque ahí todas las emociones se canalizan y a parte es el gusto por la música, a mi siempre me ha gustado la música, el piano, pero en cuestión de ansiedad, de soledad es cun compañero, emocionalmente me ha enriquecido, culturalmente también y mi vida se ha visto bastante beneficiada con esta actividad”.
María del Carmen  González.

“Yo tengo poco, tres meses pero me emociona porque para mí ha cambiado mi vida muchísimo. Yo soy bisabuela y me quedé sola y ahora las clases de piano me han venido a cambiar la vida”.
Esthela Díaz.

“Para mi es un sueño realizado de toda mi vida, compré un piano hace casi 20 años porque era mi inteción estudiar cómo tocar un instrumento que me gusta mucho, pero pues el trabajo y las ocupaciones hacen que lo vayas dejando y ahorita yo creo que nos pasa a todas, cuando te quedas sola es cuando dices voy a hacer lo que quiero hacer”.
Lala Galván.

“En mi es como una responsabilidad a seguir, mi mamá es la maestra y mi abuelita era concertista entonces para mi es un punto de encuentro con mi mamá, las dos solitas y además es un espacio donde yo estoy creciendo como persona y para un día yo pasárselo a mi hija y que ellase acerque al arte a través del piano. He salido un poquito del correr en la vida entre trabajo, niño, marido y es el espacio en que soy yo, es mi momento en el día y si a parte lo puedo compartir con mi mamá en el momento de la clase es muy grato para mi”.
Luli González del Castillo Briones.

“Ante todo esta es una oportunidad, un reto. Me ayuda mucho a cambiar mi mentalidad a esa etapa que nos sentimos un poquito fuera de contexto, tomamos mucho espíritu de dar vida a través de esto”.
María del Carmen Marín de Bravo.

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