Algunos, los cercanos, los que se contagiaron de su sonrisa supieron de la gravedad de su enfermedad, los más la vieron ir y venir, firme, erguida, siempre con fe y actitud ante lo que “su padre Dios” dispusiera. “Catita” o Catalina Rocha Vázquez, antes del Día de las Madres, murió.
Su vida no fue fácil, estuvo colmada de grande pruebas que no cualquiera soportaría, perdió a seres querido de manera cruda, y ella cargó una cruz pesada con cáncer los últimos dos años de su vida, y cuando supo de la compañía que le tocó llevar, aunque intentó hacerlo a un lado, los médicos y Dios le advirtieron que en su caso era incurable.
Dolores de espalda intensos, días en que quizá no quería ni levantarse quedaron atrás, cuando un despertar nuevo llegó a su vida, su inspiración fue el Centro Gerontológico de Purísima a donde acudió por lo menos constantemente 10 a 6 años consecutivos, ahí hizo grandes amigos, entre ellos la presidenta del DIF Municipal Martina Pérez López, a quien siempre le habló sin restricciones y quien la llevó a cumplir su sueño apenas hace 4 meses… se fue siendo la reina, la reina de los Adultos Mayores.
Ayer estaba convocada a pasar tiempo con sus compañeros, entre los que le gustaba tejer, le gustaba arreglarse bien presentable en toda ocasión aun cuando las quimios le estuvieran causando estragos, y para verse mejor no dejaba de lado el glamour, se hizo amiga de las pelucas, que muchas compañeras le envidiaban.
Catita, la mujer de la sonrisa ante el dolor, la mujer que hablaba claro y de frente, quien supo ser agradecida aun ante cada una de las adversidades que marcaron su vida desde joven, a toda prueba en cada momento dijo, gracias, porque la llevaron a vivir y aprender, así se retiró sin quedarse con el deseo de nada más.
Semanas atrás alguien se adelantó a la visita de la muerte, fueron los Caminantes directo a su hogar, al enterarse que ella tenía una admiración especial y que los esperaba, así que aprovechando que fueron reconocidos en su tierra, ellos igual visitaron a una de sus mejores admiradoras.
Estaba convocada ayer a la celebración del día de la Madre con sus compañeros del Gerontológico en Purísima, ya el miércoles se había conocido que sólo estaban esperando el momento propicio de su despedida, en su casa, pero como ella solía levantarse de un momento a otro la esperaron en la fiesta.
Hasta que al mediodía del viernes 9 de mayo la noticia llegó, Catita, Catita murió y lo que era celebración a la madre se transformó en dedicatoria en memoria de Catalina Rocha Vázquez, y aunque la cara intentaba gestos de dolor en cada uno, se repusieron ante la memoria de Catita que les llamó a recordar que ella sonrió hasta el final.
Martina Pérez López, presidenta del DIF Municipal, estivo ahí para compartir el dolor, y recordar lo mucho que aprendió de la reina de los Adultos Mayores, de los largos momentos de plática atractivos, de reír de sus chistes, de su actitud siempre dispuesta.
Algunos familiares, se comunicaron vía telefónica para agradecer el respaldo del DIF, quien les apoyó con los traslados a atención médica, pero el agradecimiento es de todos cuantos estuvimos cerca de ella, afirmaron, porque permitió ampliar los momentos de vida a todos.
“Ella se fue al cielo sin escalas, sabemos de su gran padecer, pero también de la mucha fortaleza que nos demostró, ella está con nosotros”. Expresó Martina Pérez López, quien les comentó que en más de una ocasión, vio partir a un familiar por el padecimiento del cáncer y sabe plenamente cómo los familiares sufren.
Catita se convirtió en reina de los Adultos Mayores a sus 70 años de edad el 20 de enero pasado, fue el alcalde Tomás Torres Montañez quien la coronó, mientras los mariachis tocaron y entre aplausos y porras, ensoñó el momento tan presente hace 4 meses como ahora que le reservaron su lugar en la mesa del Gerontológico, con su respectivo plato y silla propios, para que tomara la fuerza suficiente en el camino que emprendió al Cielo.

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