Hay quienes señalan que el simple hecho de ser madre implica un riesgo, trabajo extra y sacrificios, pero si además de eso agregamos que como profesión estas madres han elegido ser policías, todo el significado de la palabra Madre, adquiere otra dimensión.
En el día dedicado en honor a las Mamás, felicitamos a tres de ellas que dedican su vida no solo a atender y cuidar a sus hijos, sino que además se ocupan de la seguridad ciudadana.
Verónica L., Adriana Isabel y Verónica C. son Tránsito, Cadete y Policía, respectivamente y forman parte de la corporación de seguridad de San Francisco del Rincón.
Desde el año 2000, Verónica L. ha sido policía, inicialmente trabajando en la ciudad de León, actualmente tiene 3 hijos, Sebastián, Citláli e Israel, el más pequeño de 10 años.
“Claro que criar a mis hijos ha sido algo difícil, sobre todo cuando estaban más pequeños. Como mujer y como pareja, mi esposo y yo hemos logrado mucho con el apoyo mutuo y también con la ayuda de mi hijo más grande. Ahora podemos recordar con gracia y como anécdotas aquellos malos momentos”, dijo Verónica L.
Quien agregó que entre su esposo, su mamá y ella se turnaban para cuidar a los niños, y que conforme crecieron también los pequeños se cuidaban entre sí. “Todavía ahora el mayor de mis hijos y la niña me ayudan a cuidar del más chico e incluso preparan de comer”.
Verónica tiene un año trabajando en la ciudad como tránsito.
La cadete Adriana Isabel, es madre de tres varones, Brayan, Rodrigo y Jesús, reconoce que tuvo la oportunidad de pasar tiempo con sus hijos cuando éstos estaban más pequeños, pues en la corporación de San Francisco del Rincón tiene 4 meses y antes de esto trabajó 2 años y medio como guardia de seguridad.
“Yo era ama de casa cuando nacieron mis hijos, tuve la oportunidad de pasar tiempo con ellos, lamentablemente cada día se requiere más para sacar adelante a los hijos y compartí con mi esposo la decisión de trabajar”, comenta Adriana, quien reconoce que ahora es cuando tiene que dedicar tiempo de calidad a sus hijos, ya que el trabajo le impide dedicarse más a ellos.
Como Policía Verónica C. tiene trabajando 7 años y medio en la corporación local, antes de esto estuvo 5 años en Purísima y 6 como custodia en el Cerezo de la ciudad de León, en total 18 años en servicio.
Verónica tiene una pequeña de 8 años y actualmente tiene 1 mes y medio de embarazo considerado de alto riesgo, sin embargo trata de seguir adelante, con fe en que todo estará bien con su familia.
Un gran ejemplo
“Mi mamá, un gran ejemplo para mí, también ha sido mi gran apoyo, lamentablemente ella ya falleció pero por mucho tiempo me ayudó con los cuidados para mi hija; ahora tengo el apoyo de una prima que es la que me ayuda estando al pendiente de mi niña mientras trabajo”.
En cada caso, estas madres reconocen que ha sido una labor difícil compaginar el trabajo con ser mamá, ajustar horarios, dedicar en ocasiones poco tiempo a los hijos, estar pendientes de los buenos y los malos momentos y sin embargo tener que confiar en alguien más para atender a sus hijos, una decisión complicada que se adquiere con el deseo de que ellos estén bien.
La ayuda de las parejas o de algunos familiares permite que estas madres continúen con su trabajo, por lo que agradecen también a quienes comparten con ellas los cuidados de una madre.
Y aun cuando hay lágrimas y malos momentos, estás mamás trabajadoras reconocen que siempre hay más cosas buenas que malas en las sonrisas de sus hijos, así es el amor de madre, el amor de las madres trabajadoras.