Estados Unidos seguirá siendo durante décadas la indiscutible primera potencia y “la nación indispensable”, dijo ayer el presidente Barack Obama, pero el liderazgo mundial no se basará en la fuerza militar ni en acciones unilaterales sino en la diplomacia y la cooperación.
En un discurso en la academia militar de West Point (Nueva York), templo del militarismo norteamericano, Obama formuló una teoría sobre el papel de EU en el mundo y una política exterior que ha provocado dudas en su País y entre los aliados sobre su influencia real.
El repliegue dictado por el Presidente tras más de una década de guerras en Irak y Afganistán ha dejado espacio a las potencias emergentes y antiguos rivales.
En Asia, la pujante China no esconde sus ambiciones regionales; en Europa, Rusia se ha anexionado una parte de otro País soberano, Ucrania; en Siria, los titubeos de la Casa Blanca han permitido que continúe una guerra que, en tres años, ha dejado más de 150.000 muertos.
Obama intentó disipar estas dudas en el discurso de graduación de la academia militar.
Explicó que la hegemonía de EU no puede tener como único componente su poderío militar.
Subrayó que la mayor amenaza no son otros estados sino grupos terroristas y que combatirlos no exige despliegues de ejércitos sino operaciones con otros países y con comandos o aviones sin piloto.
Y argumentó que es la existencia de unas instituciones internacionales fuertes y el respeto de la legalidad internacional lo que refuerza la influencia de EU.
Elogia EU rol diplomático
Durante una ceremonia de graduación de militares, Obama habló del desempeño de su País en asuntos de política exterior.