La actual estrategia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) no frena ni desincentiva la tala ilegal, advirtió ayer Sergio Madrid, director ejecutivo del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS).
Una de las apuestas de la Profepa, indicó, es enfocar la mayoría de sus operativos a productores legales de menor escala que caen en omisiones de trámites o  incumplimientos, mientras que los bandas de talamontes continúan extrayendo la madera de los bosques mexicanos en cantidades muy superiores a las que la dependencia reconoce.
Puso como ejemplo los 11 ejidos del municipio de Amanalco, Estado de México, con los que trabaja el CCMSS.
En lo que va del año, detalló, todos han enfrentado una supervisión de la Profepa, a pesar de que la unión de ejidos ha demostrado a lo largo de 30 años que son capaces de manejar sustentablemente el bosque.
“Mientras ésto pasa con los legales, con los talamontes ilegales no tiene formas ni mecanismos para controlarlos”, reprochó.
“La Profepa tiene que tener una estrategia coordinada con la Policía Federal y con la Defensa Nacional, pero apuntando muy bien hacia la enorme ilegalidad de tala en todo el país, y fortalecer a los ejidos en sus capacidades para proteger y manejar sus recursos haciéndolos aliados del cuidado del bosque”.
Por su parte, Jesús Martín Cuanalo Araujo, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Forestales, indicó que se estima que la mitad de la madera que se produce en el país es es de procedencia ilícita, lo que impacta directamente en el mercado interno pero también en la deforestación.
“La madera que logra decomisar la Profepa es muy poco significativa en comparación con el impacto que tiene la tala ilegal en el país. Aunque la Profepa requiere ser reforzada presupuestalmente, también lo requiere en la parte normativa, porque estamos hablando de un mercado ilegal donde efectivamente hay criminales que a gran escala trafican madera e incluso son capaces de tener sometidos a pueblos”, alertó.
En tanto, señaló, hay campesinos que tienen necesidad de talar el bosque debido a la sobrerregulación del aprovechamiento forestal lega.
Lo único que se incentiva. consideró, es que el campesino abandone el cuidado por el bosque e incluso encuentre más beneficios en el cambio de uso de suelo.

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Jesús Martín Cuanalo Araujo, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Forestales

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