Texas está abrumado por el aumento de familias migrantes capturadas tratando de cruzar la frontera mexicana hacia el valle del Río Grande.
Para lidiar con el influjo, han comenzado a enviar a las familias a Arizona, donde las deja en masa en estaciones de autobuses en Phoenix y Tucson.
El fin de semana pasado, 400 personas detenidas fueron subidas a un avión y fueron llevadas a centrales de camión de Greyhound en ciudades de Arizona.
Además de que los centros de detención texanos están por encima de capacidad, las autoridades están llevando a cabo este traslado dado que se redujo la cantidad de agentes de inmigración en el Valle.
Esto sucedió cuando Tucson se volvió el lugar de cruce con mayores capturas fronterizas, pero ahora la tendencia ha sido revertida, en parte debido al incremento de migrantes centroamericanos que intentan cruzar la frontera.
A diferencia de lo que sucede con los migrantes mexicanos, que son regresados por la Patrulla Fronteriza, los migrantes centroamericanos y de otras regiones tienen que ser transferidos al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para que sean puestos en un vuelo de regreso.
Los agentes de ICE en Texas dejan así a los migrantes en las estaciones de camión con la advertencia de que deben reportarse en 15 días ante la agencia local del Servicio para que ésta maneje sus casos.
Esto, a su vez, ha generado tensiones entre los Gobiernos de Arizona y Texas, y críticas al Gobierno federal.
“¡Qué falta de liderazgo tan increíble en todos los niveles en Washington!”’, dijo el candidato republicano a Gobernador Scott Smith.

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