Debido a su tamaño continental, desplazarse por Brasil durante el Mundial de Futbol requiere de mucha atención para que no resulte en dolores de cabeza o agujeros en la cartera.
Como las compañías aerolíneas extranjeras no pueden operar en el interior del país, ya el año pasado los pasajes aéreos de las empresas nacionales (TAM, Gol, Azul, Avianca y Passaredo) habían aumentado mucho de precio.
Para evitar abusos, el Gobierno creó un comité interministerial y autorizó un aumento de mil 973 vuelos entre el 6 de junio y el 20 de julio, que sirvió para reforzar las conexiones entre las 12 ciudades sede durante el período de la Copa (del 12 de junio al 13 de julio). Como resultado, los precios se redujeron entre un 30 y un 60 por ciento al comenzar este año.
Muchos brasileños ya habían comprado pasajes en ómnibus, por lo que aún hoy es posible encontrar vuelos baratos durante el Mundial, no hay casos de sobreventas. Ya más difícil es hallar buenas opciones de autobús, pero vale la pena intentar en sitos como www.buscaonibus.com.br, www.netviagem.com.br o www.rodoviariaonline.com.br.
Eso sí, hay que recordar que las distancias son muy grandes y como las carreteras no siempre están en muy buen estado, los viajes pueden llevar más tiempo de lo normal.
Para fortuna de los aficionados mexicanos, los partidos del Tri en la primera fase de grupos están concentrados en el noreste.
Pero si México avanza como puntero del Grupo A, su primer juego en la siguiente etapa será el 28 de junio en Belo Horizonte, a más de 2000 kms (¡29 horas por tierra!) de Recife.
Y, si luego sigue con éxito, el Tri volverá al noreste para jugar en Fortaleza el 4 de julio. De seguir la buena estrella, ya los últimos partidos estarían concentrados en el Sur, en Belo Horizonte y la final en Río de Janeiro. La distancia entre estas dos ciudades es de 440 kms (6 horas) y se recomienda realizarla por tierra, atravesando la zona de las sierras de los estados de Minas Gerais y Río de Janeiro.
De quedar el Tri segundo en el Grupo A tras la primera etapa, los aficionados deberían trasladarse de Fortaleza, donde jugaría el 29 de junio, a Salvador, unos 1180 kms de recorrido que llevaría más de 16 horas por tierra; es más sencillo tomar un avión y estar en la otra ciudad en una hora y media.
Desde la capital del estado de Bahía también es un largo trecho (1944 kms o 28 horas por tierra; 2 horas en avión) hasta la siguiente sede, São Paulo, donde jugaría el 9 de julio.
Lo bueno es que si allí la selección consigue superar ese desafío, hacia la gran final en Río, el 13 de julio, restarían sólo unos 400 kms que se podrían recorrer fácilmente por tierra con la esperanza de ver al Tri consagrarse campeón. o si no, tomar un avión y en 40 minutos estar disfrutando de las playas cariocas de Copacabana, Ipanema y Leblon, que servirán de dulce consuelo si México no se lanza con la Copa.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *