Aunque tomaron posesión de las instalaciones hace más de tres años, los senadores no son dueños de sus oficinas.
La existencia de un conflicto con la empresa constructora GAMI ha impedido a la Cámara alta concretar el proceso de entrega-recepción de su nuevo edificio.
En consecuencia, los legisladores y el personal que labora en las instalaciones de más de 4 mil millones de pesos, aún padece las fallas de operación de un proyecto incompleto.
Las inundaciones y filtraciones provocadas por las lluvias en los últimos días reabrieron la discusión sobre la situación jurídica y administrativa en la que permanece la obra.
Integrantes de la Comisión de Administración aseguraron que el Senado quedó atrapado en medio del conflicto que mantienen Banobras -responsable del Fideicomiso 1705- y la constructora, para conciliar la entrega de las instalaciones.
El senador del PAN, Jorge Lavalle, explicó que Banobras no ha recibido la obra, debido a que la empresa exige el pago de un finiquito cuyo monto no está dispuesto pagar la Cámara alta.
“El tema central es que Senado no está dispuesto a pagar ni un solo peso si obra no es entregada en óptimas condiciones.
“No vamos a pagar hasta que Banobras y empresa logren la conciliación para la entrega-recepción. Si no hay cuentas claras y transparentes no estamos en la disposición de pagar más”, dijo.
Mientras tanto, el Senado está impedido a realizar cualquier trabajo de construcción o modificación de las instalaciones, ya que son responsabilidad de la constructora.
Para paliar los problemas de operación, los legisladores han tenido que echar mano de pequeños arreglos, adecuaciones temporales y hasta mantener bajo la lluvia decenas de trabajadores de intendencia, para evitar escurrimientos.
“Seguimos con el problema de la entrega recepción, no podemos hacer grandes cambios y entonces seguiremos padeciendo este tipo de situaciones cada vez que llueva”, lamentó Lavalle.
El legislador explicó que para evitar que el conflicto se prolongue aún más, por el momento se ha descartado la posibilidad de demandar a la constructora o de resolver el problema en los tribunales.
“Banobras está presionando y está agotando todas las instancias para que el problema se resuelva mediante el acuerdo y la conciliación, porque llevarlo a juicio podría prolongar más esta situación”, señaló.
Lavalle especificó que, producto del diálogo, la compañía ya no exige los casi 400 millones de finiquito que demandaba hace algunos meses.
A pregunta expresa, descartó que las fallas que presenta el edificio puedan poner en riesgo la seguridad del personal o deriven en algún daño estructural.
De acuerdo con el denominado “Libro Blanco”, el Senado de la República solicitó que -previo a la suscripción del finiquito- fueran atendidas todas las observaciones relacionadas con la construcción y equipamiento de la obra, de acuerdo con la opinión de la propia cámara y de las auditorías técnicas y financieras realizadas.
Los senadores buscan, con la entrega del edificio, asumir la posesión legal del inmueble, contratar los servicios de mantenimiento de los equipos instalados, detener el deterioro de los sistemas e instalaciones, además de posibilitar la realización de trabajos y mejoras en el inmueble según las necesidades de la Legislatura.
“Atrapa” al Senado pleito por nueva sede
Aunque tomaron posesión de las instalaciones hace más de tres años, los senadores no son dueños de sus oficinas.