Raúl Zárate no se llamaba Raúl, su nombre real era Juan José Zárate, pero todos lo llamaban así en su casa, por eso decidió quedarse con el nombre con que lo identificarían durante sus casi 80 años de vida, en Irapuato, hasta este 22 de junio, cuando falleció.
El regidor priista, Miguel Bretón Lares, fue de los primeros en publicar en su perfil de Facebook la muerte del pintor, contando en entrevista a a.m, que personas cercanas a la familia del pintor se habían comunicado con él, para pedirle apoyo para el servicio funerario.
“Es una pérdida muy lamentable, se comunicaron conmigo para ver si podíamos apoyarlos para el servicio funerario, claro que lo haremos, los vamos a apoyar, es un momento muy triste para Irapuato”, opinó el regidor.
Nacido en 1935 en una vecindad cercana al cine Rialto, el pintor fue llevado este domingo a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde al final, después de las atenciones médicas, perdió la vida, a causa de una enfermedad crónica que desde joven le detectaron, diabetes.
El ‘jefe’ Zárate, como también le conocían, tuvo oportunidad de exponer sus obras en Francia, donde incluso estuvo viviendo un largo período de tiempo, costeado su viaje por un periódico de izquierda, llamado “Libertador”.
El principal tema de sus exposiciones era su ciudad natal, Irapuato, al igual que la guerra pues, siendo vecino del cine Rialto, sus películas favoritas eran las de temas bélicos, además de su gusto por pintar mujeres, a quienes consideraba seres coquetos y atrevidos.
Zárate, vivía solo, en una pequeña casa en la colonia Villas de San Cayetano, con las dos piernas amputadas y la pérdida casi total de la vista a causa de su enfermedad, “Sólo veo sombras, pero sigo viendo los colores de mis cuadros en mi cabeza”, dijo en una de las últimas entrevistas que dio a a.m. en el 2013.
En febrero del 2010, la Casa de la Cultura, ahora Instituto Municipal de Cultura, Arte y Recreación de Irapuato (Imcar), le organizó un homenaje a su obra, que comprende cuadros de calles y plazas de la ciudad, incluso en el hotel Versalles, cercano a la calle Ramón Corona, se encuentran unas pinturas sobre algunas puertas del recinto, que han sido conservadas por los dueños.
Raúl Zárate no tuvo preparación académica en la pintura, aprendió en su trabajo en una fábrica de cigarros de Irapuato, trabajaba con el también pintor irapuatense, Antonio González, a quien le ayudaba a fabricar las bases de madera para sus lienzos, con tal de que le enseñará algunas técnicas para pintar, siendo principalmente, autodidacta.
Descanse en paz.

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