Un escándalo con gran potencial destructor acaba de estallar en Berlín. En un momento en el que el Gobierno alemán parecía decidido a pasar página de las escuchas al móvil de la canciller Angela Merkel y recuperar las buenas relaciones con Washington, la detención de un agente doble amenaza con reavivar los problemas diplomáticos entre las dos potencias. La fiscalía federal informó ayer de la detención el pasado miércoles de un alemán de 31 años que trabaja al mismo tiempo para los servicios secretos de su País y para los de EU. La paradoja es que el presunto espía pasaba información, entre otros asuntos, sobre las actividades del comité parlamentario creado precisamente para investigar las escuchas llevadas a cabo durante años por la agencia de seguridad norteamericana.
A las pocas horas de trascender la noticia, Berlín reaccionaba con un golpe sobre la mesa. “El Ministerio de Asuntos Exteriores ha convocado hoy al embajador de EU en Berlín, John Emerson, para mantener una conversación sobre el caso”, publicaba el Ministerio en su cuenta oficial de Twitter. El Gobierno ha pedido al Embajador “una explicación rápida”, añadía un portavoz oficial. Este paso dado por el Ministerio que dirige el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier es menos agresivo que una hipotética llamada a su Embajador a consultas, pero constituye de todas formas una señal clara de la indignación que recorre Berlín.
Merkel fue informada de la detención el pasado jueves, el mismo día que mantuvo una conversación telefónica con el presidente de EU, Barack Obama. Se trata del mismo hombre que el pasado mes de enero se había comprometido a no volver a espiar a la jefa del Gobierno alemán. El portavoz de la Canciller se apresuró a tachar el suceso de “muy grave”; al tiempo que los socialdemócratas, socios en el Gobierno de gran coalición, exigieron explicaciones inmediatas de lo que el periódico muniqués Süddeutsche Zeitung considera que podría ser “el mayor escándalo en torno a un agente doble tras la II Guerra Mundial”.
El comunicado de la fiscalía no deja lugar a dudas. “Se ha tramitado una orden de detención por la sospecha de que el acusado ha trabajado para un servicio de inteligencia extranjero”, explica. El detenido, según diversos medios alemanes, habría vendido a la Embajada estadounidense información procedente de la comisión parlamentaria que investiga el escándalo de las escuchas telefónicas llevado a cabo por la NSA, la agencia de seguridad estadounidense.
No logran acuerdo
Alemania ha intentado negociar, sin éxito, un acuerdo de no agresión en materia de espionaje entre ambos países, similar al que EU mantiene desde la II Guerra Mundial con Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Estos países mantienen un compromiso de no espiarse entre ellos y compartir informaciones. El Washington Post reveló esta semana un documento que cita a los países en los que la NSA tiene autoridad para espiar. Son 193. Sólo cuatro no figuran en la lista: los socios de Washington en la alianza del espionaje.
Obama admitió el daño a la confianza mutua que causó el escándalo de la NSA y se comprometió a que esa agencia no espiará más a la canciller Merkel ni a otros líderes de países amigos./El País