Hace 40 años nació una empresa que cambió el concepto restaurantero de la ciudad con su apuesta por la pizza. Lo que parecía ser una simple idea en común de tres jóvenes, resultó ser un gran acierto: el 17 de abril de 1974 abrió sus puertas el primer Lupillos, que debe su nombre a uno de sus iniciadores.
Lo que inició como una sencilla pizzería, que para darse a conocer repartía una pizza diaria entre los leoneses, actualmente es una empresa que cuenta con 25 sucursales: 17 de ellas en León, y el resto distribuidas en los municipios de San Francisco del Rincón, Silao, Guanajuato, Irapuato y Lagos de Moreno; además emplea alrededor de 320 personas.
Los tres jóvenes empresarios leoneses comenzaron a hacer realidad su sueño, luego de un año de esfuerzos, al abrir un local en el número 808 del bulevar Adolfo López Mateos, casi esquina con el Parque Hidalgo.
Un sitio rústico y austero que pronto tuvo aceptación entre los leoneses, pues en ese tiempo la pizza era desconocida en la ciudad.
“Ante la novedad de la pizza en León se tuvo que poner un anuncio en el primer restaurante que decía que la pizza se comía sin cubiertos, y para dar a conocer el producto durante un tiempo se regalaba diariamente una pizza a distintas familias de la zona”, platicó Marco Antonio Guerrero Reynoso, gerente de Publicidad y Mercadotecnia de la empresa.
En mayo de 1991 Grupo Lupillos introdujo el servicio a domicilio, además de traer a la ciudad la célebre salsa chimichurri.
“Gracias a una clienta argentina que asistía al primer Lupillos, un día estando en el restaurante llegó uno de los socios, al que la clienta le dijo que quería darle la receta de una salsa que le gustaba mucho combinar con la pizza”, narró el gerente.
“Le pidió permiso de entrar a su cocina, se pasó y comenzó a pedir los ingredientes y en ese momento los licuó, la vació y se la dio al socio y de ahí para adelante ese fue el inicio de la chimichurri para pizza”, añadió.
La empresa ha sorteado diversos retos, como en 1995 con la crisis económica que sacudió al país, situación que pudo solventar de forma inteligente para en ese mismo año dar paso a la modalidad del “Servimóvil”, un vehículo equipado para ofrecer sus productos en muchos lugares sin importar la distancia.
La fórmula del éxito de la empresa, comentó Guerrero Reynoso, se basa en la unión de los fundadores, misma que fue transmitida a todos los colaboradores de Lupillos, además de darles libertad, respaldo y confianza.
Apuestan por proceso fresco e innovador
La frescura sigue siendo una de las principales características de la pizzería pionera en la ciudad, pues se ha ido adaptando a las exigencias y cambios del mundo culinario. De hornos de gaveta usados anteriormente, ahora utilizan hornos de banda que en tres minutos tienen lista una pizza.
Además previo al horno, Grupo Lupillos cuenta con la procesadora, herramienta que se encarga de realizar la masa, la salsa base (puré de tomate) y la chimichurri, implicando un menor esfuerzo físico para los colaboradores.
Una vez que se tiene el pedido, se toma la masa hecha por la procesadora, se coloca la salsa base y los ingredientes de la orden, para luego colocarla en un extremo del horno de banda, por la que correrá hasta quedar horneada a 490 grados Farenheit.
Además, ahora los clientes tienen la oportunidad de elegir el tipo de masa y salsa base que desean en su orden. Y destaca que dentro de su menú la cadena cuenta con más platillos como carnes, pastas, hamburguesas y ensaladas.
Innovación y rapidez, así como estandarización en la realización del producto hacen que Grupo Lupillos siga siendo de los consentidos en la región, pues promete seguir al pendiente de las novedades para conquistar la preferencia de los comensales.