Con la finalidad de darle un giro a un diseño que se dejó incompleto, el despacho VGZ Arquitectura tomó el proyecto residencial Parnaso, en donde fue necesaria una remodelación tanto de arquitectura como de interiorismo.
Así, la visión de un espacio cálido, hogareño y que aprovechara las diferentes áreas tuvo un reto creativo adicional, pues algunas zonas ya habían sido delimitadas.
“Era un trabajo de remodelación, y nosotros inicialmente solamente íbamos a trabajar los interiores, pero al final se decidió que nos haríamos cargo del proyecto, pues otro arquitecto lo dejó inconcluso”, comentó Verónica González Zavala, directora del despacho.
La residencia cuenta con 380 metros cuadrados, que se distribuyen en dos niveles.
Un portón de madera marca el comienzo del recorrido de interiores, en donde un vestíbulo genera el acceso a las diferentes áreas que conforman la propiedad.
“La sala, ubicada a la derecha del vestíbulo, se separa del comedor a través de un marco. Cuenta con una ventana que se proyecta hacia el jardín de la entrada, la cual permite la iluminación en el área social”, detalló González.
En el sitio se buscó un ambiente acogedor y éste se logró gracias a sofás amplios y a un librero que marca el contorno de la chimenea, mientras que un tapete brinda unidad a la estancia y les da confort a los usuarios.
“El comedor remata en una ventana con fondo verde y un lambrín de madera que oculta la puerta de la cocina”, agregó la artífice.
Entornos hogareños
La escalera se generó como un concepto que le da fluidez a la vivienda. Debido a esto, se optó por lo que la arquitecta define como una serie de huellas voladas de madera a través de la cual se llega a una terraza.
Al pasarla, se ingresa a un family room, que es un cubo de madera que se abre al exterior.
Los muebles son elementos que se han recuperado, pues los propietarios los compraron hace años, pero presentan un diseño atemporal y confortable para las diferentes estancias.
“Al librero de la sala, por ejemplo, se le integró una chimenea para adaptarlo al nuevo espacio, y una consola de estilo ochentero se acortó y se forró de zebrano. Algunos de los muebles sueltos se laquearon para darles nueva vida”, explicó la creativa.
En la residencia dominan la madera de parota, encino, granito negro, mármol y azulejo, combinación de materiales que define la propuesta como hogareña y cálida.
Las áreas privadas, ubicadas en la planta alta, constan de un estudio y tres recámaras. A cada dormitorio se le ha anexado vestidor y baño.
De acuerdo con González, las zonas exteriores juegan un papel fundamental en el diseño.
“La vegetación se convierte en un acabado que puede observarse desde cualquier punto de la casa. Se conservaron las enredaderas originales del lugar y se crearon muros verdes que se integran con algunos detalles exteriores hechos con recinto (material pétreo)”, añadió.