Favorita de la reina María Cristina de Habsburgo Lorena, el bello puerto de Donostia-San Sebastián recuerda con orgullo esa época suntuosa de fines de siglo 19 y principios del 20 en la que se convirtió en lo que es actualmente: uno de los destinos de playa más deseados por los turistas de todo el mundo.
Sitios históricos como el Palacio de Miramar, antigua residencia de la familia real española; el Casino, sitio en el que convergieron personalidades tan disímiles como Mata Hari o León Trotsky, y el Teatro Victoria Eugenia, inaugurado en 1912 y justo frente al Hotel María Cristina, son sólo algunas joyas que hablan del pasado regio de esta ciudad.
De vista al mar
Tras la muerte del rey Alfonso XII, su esposa, la reina María Cristina buscó un lugar dónde pasar los veranos, en compañía de su familia y su corte. El lugar fue la ciudad de Donostia-San Sebastián, famosa por haber sido un punto comercial importante y luego por su carácter de fortaleza militar, en la cual se trató de combatir, sin éxito, la invasión napoleónica.
El Palacio de Miramar, construido según los planos del arquitecto inglés Selden Wornun en 1888, fue la residencia en la que la reina gozó de sus veranos en la costa vasca. Desde sus balcones pudo apreciar la Bahía de la Concha, con su enorme playa urbana, y hacia el lado izquierdo las alturas del Monte Igeldo, donde aún queda la fortificación militar en la que los vascos resistieron el embate de las tropas napoleónicas.
Capital bohemia
Consciente de la importancia que el turismo estaba atrayendo a esta región, la reina mandó a construir el Gran Casino de la Ciudad, una regia construcción que destaca por sus bóvedas azules y sus fachadas, creadas a semejanza de las del Gran Casino de Montecarlo, y en donde los miembros de la nobleza jugaban durante días enteros.
La dictadura de Primo de Rivera prohibió los juegos de azar en 1924 y, con ello, el Gran Casino dejó de ser la sede de las apuestas en la Península Ibérica. En la actualidad, es la sede del Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián y uno de sus grandes puntos de interés.
Junto al casino, otros de los sitios que llaman poderosamente la atención en el paisaje donostiarra comparten la misma calle: el Hotel María Cristina y el Teatro Victoria Eugenia.
Ambos fueron inaugurados con pocos días de distancia: el hotel abrió sus puertas el 12 de julio de 1912, mientras que el teatro dio su función inaugural el 20 de junio. Los dos ostentan el nombre de una reina; el primero, el de la reina madre María Cristina y el segundo el de Victoria Eugenia, consorte de Alfonso XIII.
La decoración art decó, los suntuosos espacios y las obras de arte que decoran ambos edificios, situados a los lados del Jardín de Okendo, son sólo una muestra del señorial resplandor que aún ofrece esta meca del turismo mundial.
Belleza sin tiempo
Otros atractivos de la Belle Epoque donostiarra son:
La Perla del Océano. Fundado en 1912, es uno de los spas pioneros en tratamientos que combinan la talasoterapia -métodos curativos que aprovechan el agua, las algas y el barro del mar- y las actividades deportivas. Un siglo después, aún se encuentra en funcionamiento.
Funicular de Igeldo. La Bahía de la Concha está flanqueada por dos picos de altura considerable: el Monte Urgull y el Monte Igeldo. Hacia este segundo se construyó un funicular de madera, aún en funcionamiento, que conducía al fuerte reconvertido en casino, salón para bailes y, actualmente, en parque de diversiones.
Biblioteca Koldo Mitxelena. Inaugurado en 1900, este señorial edificio de cantera albergó alguna vez al Instituto Provincial de Segunda Enseñanza para convertirse, al paso de los años, en una de las sedes culturales más importantes de Gipuzkoa.
Diputación Foral de Gipuzkoa. La sede del gobierno provincial data de 1878, y es uno de los edificios más simbólicos de la ciudad. Restaurado tras el incendio que lo destruyó prácticamente en 1885, en su fachada puedes advertir los bustos de algunos vascos que le dieron renombre a esta provincia, como Juan Sebastián Elcano, primer marino que dio la vuelta al mundo, o Antonio de Okendo y Zandategi, militar que participó en más de 100 batallas navales.
Guía práctica
Cómo llegar
Desde la Ciudad de México, Iberia ofrece vuelos con una o dos escalas a Donostia- San Sebastián. La travesía dura alrededor de 14 horas.
Cuándo ir
Esta ciudad de la Costa Vasca tiene un clima templado casi todo el año. Las lluvias son un factor importante, pero casi siempre se presentan ligeras.
Dónde dormir
Existen habitaciones de lujo en hoteles como el María Cristina, cerca de la estación del tren y donde se alojaron personalidades como León Trotski y Mata Hari. Los precios van de los 180 euros hasta los 810 (la suite real); de los 3 mil 200 a los 15 mil pesos, aproximadamente.
Si lo que quieres es tener una vista privilegiada de la Bahía de la Concha y el Monte Igeldo, el Hotel Leku Eder es la opción ideal. Los costos van de los 80 a los 107 euros (de los mil 500 a los mil 800 pesos).
Qué probar
Debes degustar el txakoli (un vino, comúnmente blanco, con un poco de gas) y la sagardoa, la tradicional sidra de manzana.
Tip
-El euskera o vasco es, junto al español, el idioma oficial en el País Vasco. No será problema comunicarte ni entender las señalizaciones, aunque podrás encontrar algunas solamente en euskera.
-El transporte público en Donostia es bueno y eficiente. Una buena opción es comprar la San Sebastián Card, que te ofrece transporte, descuentos y hasta una visita guiada. La versión que más te conviene es la de 5 días, que cuesta 15 euros.
-Tómate tus días, la mejor opción es recorrer a pie o en bici las calles de esta ciudad, considerada una de las más seguras y populares de Europa.