La situación financiera del IMSS habrá tomado un respiro de por lo menos dos años, sin embargo esto tuvo un costo en los servicios y el gasto en suministros para la atención de los derechohabientes.
Según el informe del IMSS al Ejecutivo y Congreso federal, en 2013 y 2014 se logró dotar de al menos dos años de vida más al principal organismo de salud del País.
No obstante, en ese camino de saneamiento financiero algunos rubros se han visto afectados.
Por ejemplo, el gasto en inversión física del organismo ha sido una de las principales víctimas, pues mientras que en 2000 el 4.9% del total de las erogaciones iban a ese rubro, en 2006 éste cayó a 3.1% y el año pasado representó apenas 0.9%.
Así, las infraestructura del IMSS ha recibido paulatinamente menos atención por parte de sus autoridades, con lo que eso significa para el mantenimiento de las instalaciones y la provisión del servicio sanitario en general.
De igual forma, el gasto en los suministros que utiliza el IMSS se ha mantenido prácticamente sin cambios a lo largo de los años.
En 2000, según el informe del organismo, el gasto en materiales y suministros supuso 15.2% del gasto total, mientras que 13 años después dicha proporción fue de 15.3%.
Lo anterior significa que a la par del crecimiento del número de derechohabientes y el aumento de enfermedades crónicas, el IMSS mantuvo relativamente plano su gasto en suministros para la atención.
En contraste, en el caso de la nómina de jubilados y pensionados del IMSS, conocido como el Régimen de Jubilaciones y Pensiones, se ha destinado un porcentaje creciente del gasto total y seguirá siendo creciente por lo menos hasta 2030.
El IMSS reconoció que en el segundo y tercer niveles de atención existen cuellos de botella en el servicio de urgencias y la atención hospitalaria, relacionados con la insuficiente capacidad resolutiva en el primer nivel de atención, los problemas de gestión y el flujo y disponibilidad de camas.
Para resolver en parte el problema de la insuficiencia de camas, el IMSS ha implementado programas de “optimización de sus recursos”.
“Para resolver el “cuello de botella” descrito, se fortalecen las Redes Zonales, sistema que pretende optimizar el área de Observación al referir pacientes estables y sin riesgo del segundo nivel de atención a los servicios de Urgencias de las Unidades de Medicina Familiar de su área de responsabilidad.
“Con esta estrategia se liberan camas de Observación del segundo nivel destinadas a pacientes con enfermedades de mayor complejidad, lo que optimiza la infraestructura instalada en ambos niveles de atención”, afirmó el IMSS

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