El papa Francisco es el primer pontífice que visita una iglesia pentecostal, en su iniciativa por tomar contacto con los evangélicos que representan la mayor competencia con el catolicismo por los cristianos en todo el mundo.
Francisco viajó en helicóptero el lunes para visitar la Iglesia Evangélica de la Reconciliación, que está en construcción en la ciudad sureña de Caserta. Se reunió en privado con el predicador pentecostal Giovanni Traettino, viejo amigo suyo.
En un mensaje a unos 350 feligreses pentecostales en el templo, Francisco se disculpó por la persecución de los pentecostales durante el régimen fascista italiano, cuando la práctica de esa fe estaba prohibida, y destacó que en el seno del cristianismo hay unidad dentro de la diversidad.
“Entre los que persiguieron y denunciaron a los pentecostales, casi como si fuesen personas insensatas tratando de arruinar la raza, también había católicos”, afirmó. “Yo soy el pastor de los católicos, y les pido perdón por esos hermanos y hermanas católicos que no sabían y fueron tentados por el demonio”.
Admitió la naturaleza inusual de su visita diciendo: “Algunos se sorprenderán: ‘¿El papa fue a visitar a los evangélicos?’ Pero lo que hizo fue ir a ver a sus hermanos”.
A menudo los católicos han comparado a los grupos pentecostales con cultos y los han acusado de proselitismo agresivo y falto de ética. El popular movimiento carismático ha restado feligreses a la Iglesia católica, particularmente en Latinoamérica, de donde procede Francisco.
En una declaración este mes antes de la reunión de Caserta, varios grupos evangélicos italianos se reunieron en esa misma ciudad donde manifestaron la “incompatibilidad” de sus creencias con las de la Iglesia católica y su papa.

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