Durante los actos de vandalismo de maestros de la Sección 22 de la CNTE en oficinas del PRI y legisladores federales de ese partido, elementos de seguridad pública de la ciudad de Oaxaca y estatales sólo observaron, sin intervenir.

Con impunidad, los educadores irrumpieron por la fuerza en tres inmuebles que son propiedad privada, quemaron mobiliario, rompieron cristales, robaron, destruyeron objetos y realizaron pintas en las oficinas del senador Eviel Pérez; del diputado federal, Samuel Gurrión y de la dirigencia estatal del tricolor.

En todos estos actos delictivos, elementos de seguridad pública del Gobierno estatal y del Ayuntamiento escoltaron a los maestros, nunca intentaron impedir los destrozos y sólo observaron.

Los miembros de la Sección 22, que exigen una Ley Estatal de Educación a modo, primero acudieron a la sede del PRI. Ahí, retuvieron por la fuerza seis camiones del transporte público a bordo de los cuales se trasladaron gratis a la Colonia Reforma, donde se ubican las oficinas de los legisladores priistas.

El despacho del diputado Gurrión a fue la primera en ser atacada por los educadores, donde sacaron mobiliario y papelería que quemaron sobre la calle.

En marcha caminaron cinco calles hasta la oficina del senador Eviel Pérez. Desde el segundo piso, los maestros lanzaron sillones, sillas, escritorios y papelería.

En todos los inmuebles realizaron pintas contra el PRI y acusaron a los diputados locales de traicionar al pueblo.

Al concluir sus desmanes, con calma y escoltados por agentes de seguridad pública, los maestros marcharon al Zócalo, donde acampan desde el 21 de julio.

La Sección 22 exige que el Congreso local no armonice la legislación estatal con la reforma educativa federal, y a cambio, pide que se apruebe una Ley Estatal de Educación que tenga el visto bueno de la CNTE.

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