Construida mediante un estilo arquitectónico mexicano actual en el que se aprecia el tezontle, luce la Casa Sierra Paracaima, obra del arquitecto Héctor Velázquez Graham.
Además de que este material figura como recubrimiento en algunas de sus fachadas y volúmenes, se combina también con aplanados y herrerías de colores oscuros que contrastan.
“Muy importante resultó transferir el carácter del propietario y trabajar a la par por medio del diseño para lograr las proporciones, la escala y el funcionamiento deseados. El diseño arquitectónico y los interiores fueron también mi prioridad”, señaló Velázquez Graham.
Dentro del programa se buscó situar el funcionamiento básico de la vivienda en la planta baja y dejar los espacios secundarios en el segundo nivel. Una etapa importante del proyecto consistió en analizar y situar cada una de las obras de arte que el cliente tenía.
El cuerpo volumétrico principal es un cubo recubierto de tezontle cuyo corazón es una escalera circular que incluye un remate con una pieza del artista mexicano Juan Manuel de la Rosa, la cual se encuentra bajo una importante entrada de luz cenital.
El mismo diseño incluye otros brazos que salen de este cubo, pero con habitaciones y terrazas que se extienden. Por la reglamentación que existe en la zona poniente de la Ciudad, la casa respeta el estar separada mínimo 3 metros en la mayor parte de las colindancias, y es ahí donde surgen espacios ajardinados que iluminan y enriquecen las vistas de otras superficies.
“La fachada es completamente volumétrica, y la diseñé pensando en una pirámide que logré en diferentes planos. Herrerías y aplanados contrastan en sus texturas y colores, con lo que le dan una personalidad distintiva a la vivienda”, dijo el artífice.
Como si volara
Al cubo de tezontle se le integró un zoclo remetido inferior que lo separa del terreno para dar la sensación de estar volando. Este elemento posee unos grandes ventanales en la sala y el comedor, lo que propicia una sensación de amplitud, la cual se integra con las superficies del exterior.
La base para lograr el diseño de interiores fue crear espacios simples con buenas alturas. Aquí se incluyó una sola tonalidad tanto en muros y plafones como en puertas y otros muebles de carpintería para generar un ambiente museográfico.
La residencia está decorada con mobiliario de madera y cristal que se diseñó a detalle y se construyó ex profeso para cada espacio. Las obras de arte se situaron estratégicamente al considerar una comunión entre ellas con algunas áreas.
En su mayor parte, la propuesta goza de una iluminación artificial a base de LEDs con diferentes tipos de tonalidades según la ambientación que se quiera generar. Sin embargo, en zonas particulares y para su efecto, se incluyó luz incandescente.
“La luz y la ventilación natural se dan tanto por ventanales como a través de los domos. Cada espacio toma en cuenta su orientación dejando zonas de penumbra con remates luminosos para acentuar la dimensión”, remató el arquitecto.
A detalle
– Una añeja construcción fue demolida, y tanto el diseño como la construcción de la casa partieron de cero.
– La obra está sobre un terreno de 550 metros cuadrados y tiene aproximadamente 600 metros cuadrados construidos.
– La textura del tezontle es de roca volcánica.
– La terraza une la sala y el comedor, y estos espacios cuentan con una cancelería corrediza.