El arresto de Ray Rice por violencia doméstica contra su entonces prometida en febrero pasado es algo que el jugador de la NFL sabe que lo perseguirá por mucho tiempo, aún después que haya terminado su carrera.
El running back de los Ravens de Baltimore fue arrestado por agresión tras un incidente el 15 de febrero en Nueva Jersey, donde supuestamente golpeó a Janay Palmer. Rice fue aceptado en un programa alterno que en caso de ser completado podría derivar en el retiro de los cargos en su contra.
“Mis acciones esa noche fueron inexcusables”, dijo el jugador en sus primeras declaraciones públicas desde que fue suspendido dos juegos por la NFL.
“No quiero revivir el incidente. Intento dejarlo atrás”, dijo. “Lo que sucedió esa noche fue un enorme error. No excuso mi comportamiento. Acepto la responsabilidad de mis actos. Mi esposa no hizo nada malo”.
Durante la conferencia, varios de sus compañeros de equipo estuvieron presentes como muestra de apoyo al running back de 27 años, que es líder de la franquicia en yardas totales y segundo en la historia en yardas por tierra, detrás de Jamal Lewis.
Además de la suspensión de dos juegos, Rice fue multado con más de 500 mil dólares, o su salario por tres partidos. Ante los reportes que señalan de ligera la sanción, Rice dijo que hubiera aceptado cualquier castigo impuesto por la NFL.
Rice pidió a sus aficionados tomar decisiones inteligentes.
“Veo a niños que utilizan camisetas con mi número 27, y quiero pedirles que no cometan los mismos errores que yo cometí. Siempre hablo de como una o dos malas decisiones convierten un sueño en pesadilla, y yo vivo una pesadilla”, finalizó.

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