La original

La Sábana Santa original está en una capilla de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín, Italia.

Esa imagen fue exhibida por primera vez en forma pública en 1353, en el pueblo francés de Lirey. En la historia e iconografía cristiana hay registros de otros lienzos más antiguos, pero no se tiene la certeza de que alguno sea el mismo del de Turín.
El lienzo fue vendido en 1453 a la familia real de Saboya, que llegó a ostentar la corona del Reino de Italia. Luego de 5 siglos de poseerla, la Casa de Saboya la otorgó al Vaticano en 1983.

El primer estudio

Durante siglos se analizó en secreto la Sábana Santa y fue hasta noviembre de 1973 cuando se integró por primera vez un grupo multidisciplinario que analizó el lienzo.

Expertos forenses, anatomistas, físicos, químicos e historiadores de arte revisaron la tela, aunque al final no confirmaron ni descartaron su autenticidad.
En forma individual, algunos participantes en el estudio hicieron público el resultado de sus análisis. La experta Noemi Gabriellli, ex directora de la Galería de Arte del Piamonte, concluyó que la imagen era una pintura realizada por un artista que utilizó la técnica del ‘esfumado’ (o sfumato), muy común en la obra de Leonardo Da Vinci.
El criminólogo Max Frei –también participante en el análisis de 1973- reportó el hallazgo de polen de plantas que son exclusivas de la zona de Palestina y Oriente Medio, donde vivió Cristo.

El equipo STURP

La organización religiosa ‘Cofradía de la Sábana Santa’ (Holy Shroud Guild) financió en 1978 un estudio realizado por científicos de Estados Unidos, que fue llamado ‘Proyecto de Investigación del Sudario de Turín’ (Shroud of Turin Research Project, mejor conocido como ‘STURP’, por sus siglas en inglés).

El STURP lo integraban originalmente 31 científicos que trabajaban en laboratorios de la NASA, la Fuerza Aérea de Estados Unidos y de las Universidades de Colorado y Connecticut, entre otras instituciones.
El grupo más nutrido de científicos (siete) provenía del Laboratorio Nacional de Los Álamos, una institución multidisciplinaria administrada por la Universidad de California.
A esa institución pertenecía Ray Rogers, un químico experto en análisis termal, uno de los científicos que sostuvo hasta su muerte que la antigüedad de la Sábana Santa era un misterio.
En el equipo STURP también colaboró el físico John P. Jackson, quien en aquel entonces trabajaba para la Academia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Jackson es el científico que el pasado jueves estuvo en la Expo Bicentenario para ofrecer una conferencia en la que defendió la creencia de que la Sábana Santa fue el lienzo que envolvió a Cristo.
En 1989, en un congreso sobre la Sábana Santa realizado en París, Jackson planteó que la imagen del lienzo había quedado grabada por la radiación que se produjo al momento de la resurrección de Cristo.
Esa declaración no la hizo el Dr. Jackson como científico, sino como integrante de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, una organización secreta que tiene sus orígenes en las cruzadas de la Edad Media.

Los hallazgos de STURP

Los investigadores del equipo STURP presentaron en 1981 su informe final, en el que reportaron los siguientes hallazgos:

1.- La imagen impresa en la sábana es tridimensional, es decir, confirma que corresponde a los relieves del cuerpo de un hombre.
2.- Se descartó la posibilidad de que la sábana haya sido pintada a mano.
3.- Los análisis químicos concluyeron que indudablemente hay sangre humana en el lienzo, del grupo sanguíneo AB, el más frecuente en el pueblo hebreo.
4.- Se determinó que la imagen no pudo haber sido producida por contacto, lo que hizo suponer que se debió a una radiación emanada del cuerpo. Cómo se logró esto, es un enigma.
5.- Los rastros de sangre y marcas en la imagen corresponden a la de un crucificado.
6.- La imagen está en negativo, como si fuera una fotografía.
En la investigación se utilizaron los métodos más avanzados de la época, como fotografía infrarroja y ultravioleta; análisis de imagen VP8 (técnica utilizada originalmente para estudiar la orografía de Marte); ampliación de imagen computarizada, análisis matemático, rayos X de baja energía, contraste de fase de electrones y termografía, entre otras.

La fe ciegaa científicos

La principal crítica al equipo STURP es que su investigación la hicieron con la creencia absoluta de que estaban ante un objeto sagrado, lo cual distorsionó el análisis científico.

“Las pruebas de STURP fueron realizadas por gente que ya estaba convencida de que trataban con el sudario de Cristo. Esto no sólo hizo que estas medidas dieran resultados no significativos, sino que sometieron al lienzo a un buen número de tensiones intrusivas”, escribió el físico Harry Gove en el libro ‘Relic, Icon or Hoax’.
“Constaté que casi todos los rasgos de la organización STURP repelían a muchos otros científicos. Lo que incluía su manifiesto celo religioso”, anotó Gove en el mismo libro.
La crítica de Gove es relevante, porque ha estado en medio del debate contemporáneo en torno a la Sábana Santa, primero como el diseñador de la prueba de Carbono 14 del lienzo y luego al cuestionar los resultados de ese análisis.
Raymond Rogers, integrante original del grupo, también se distanció al valorar que se anteponían las creencias religiosas a la investigación científica.

Los exámenes de Carbono 14

En octubre de 1988 se publicó el resultado de una investigación realizada por científicos de tres universidades, que demostró que un trozo analizado de la Sábana Santa era de la Edad Media, con lo que se reforzó la hipótesis de los escépticos de que la imagen impresa en el lienzo no correspondía a Cristo.

La publicación de la investigación se hizo cuatro meses después en Nature, una de las dos publicaciones científicas más antiguas prestigiadas del mundo (junto con Science).
Los exámenes para determinar la antigüedad del lienzo se hicieron en forma simultánea en 1988 en los laboratorios de la Universidad de Oxford, de la Escuela Politécnica Federal de Zurich y de la Universidad de Arizona.
Se tomaron muestras de un trozo del sudario y se enviaron a los tres laboratorios para someterlos a exámenes de radiocarbono (conocido como Carbono 14).
Junto con las de la Sábana Santa se enviaron otras tres muestras de tejido de dos tumbas (una nubia y otra egipcia) de entre 2 mil y 3 mil años de antigüedad, así como de una capa del siglo XIII.
A los científicos nunca se les informó a cuál tela correspondía cada muestra, para poner a prueba la confiabilidad del examen.
Al entregar los resultados de las pruebas de Carbono 14, los tres laboratorios coincidieron: las muestras de la Sábana Santa correspondían a la época de la Edad Media.
Los científicos concluyeron que su antigüedad oscilaba entre los años 1260 y 1390. Es decir, la tela era 13 siglos posterior a la época en la que vivió Cristo.
La antigüedad establecida por los científicos coincide con la época en la que tuvo su primera exhibición pública, en 1353.

El remiendo de la sábana

Según el químico Ray Roger, antiguo integrante del grupo STURP, las pruebas de Carbono 14 realizadas a la Sábana Santa están alteradas porque se hicieron en un trozo del lienzo que mezclaba lino antiguo con textil moderno.

La hipótesis del científico era que en algún momento de la historia se hizo un ‘remiendo’ imperceptible en la sábana, lo que habría alterado los resultados de la prueba de Carbono 14.
Para demostrar su hipótesis, Ray Roger analizó 32 hilos del lienzo que había obtenido con el equipo STURP en 1978, que mostraba tejidos distintos.
Su hipótesis la respaldó un análisis previo del experto Gilberto Raes, del Laboratorio de Investigación Textil de la Universidad de Gante, en Bélgica, quien detectó en el sudario lino entrelazado con fibras de algodón.
En el año 2005, Rogers publicó en la revista científica Thermochimica Acta los resultados de un análisis químico del lienzo, en el que aventuró que su antigüedad oscilaba entre 1,300 y 3 mil años.
Antes de morir, Rogers le pidió a un amigo científico (Robert Villarreal) que hiciera nuevos análisis y los resultados fueron contradictorios: encontró una fibra empalmada con una sustancia que en la antigüedad se usaba para fijar tintes, y los hilos del lienzo no tenían mezcla de textiles, eran sólo de algodón.
Ese nuevo hallazgo contradecía la investigación previa de Rogers.
Otro estudio, realizado en 2010 por científicos de la Universidad de Arizona, desechó la versión de la muestra de tejidos distintos por un ‘remiendo’.

Las dudas de la Iglesia

A lo largo de la historia, la Iglesia Católica ha sido cautelosa con la veneración de la Sábana Santa.

Desde que la imagen fue exhibida en el siglo XIV en la Diócesis de Troyes, en Francia, las autoridades religiosas expresaron sus dudas.
El Obispo de aquella diócesis prohibió inicialmente venerar la imagen y el rey Carlos VI ordenó retirarla de la Iglesia donde era exhibida.
Al Obispo Pierre d’Arcis se le atribuye una carta enviada al Papa, en la que calificaba la imagen como un fraude, pues supuestamente había sido elaborada por un pintor.
Esta carta ha sido calificada como apócrifa por grupos católicos que defienden el origen divino de la Sábana.
En el siglo XV el Obispo de Lieja también consideró que el lienzo había sido pintado.
Más reciente, los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I han evitado referirse a la sábana como la reliquia que envolvió a Cristo.
“La Iglesia encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo”, expresó en mayo de 1998 Juan Pablo II, cuando visitó la Catedral de Turín.
En aquel año, el Vaticano dijo respetar el estudio de Carbono 14 que dató el lienzo de la Edad Media.

Alteración por bacterias

Los defensores de la autenticidad de la Sábana Santa afirman que las pruebas de Carbono 14 realizadas al lienzo fueron alteradas por la presencia de residuos de bacterias.

Según investigadores católicos, como Leoncio Garza-Valdés, esos desechos bacteriales contienen carbono y su presencia en la tela habría alterado los resultados de la prueba de radiometría.
Garza-Valdés es un microbiólogo de la Universidad de Texas, conocido en México porque en 1999 dijo haber descubierto que bajo la imagen de la Guadalupana se habían pintado antes otras dos figuras de la Virgen.
En su estudio de la Sábana Santa, este investigador aseguró haber descubierto microorganismos y hongos en las muestras en las que se hicieron las pruebas de Carbono 14. Esa ‘contaminación’ bacterial pudo haber alterado la edad carbónica.
El físico nuclear Harry E. Gove, quien diseñó la prueba de Carbono 14 aplicada a la Sábana Santa, ha reconocido que una cubierta bioplástica en el lienzo podría haber falseado los resultados, haciéndole parecer de épocas más recientes.
El experto en radiocarbono Rodger Sparks asegura que es imposible que la contaminación por bacterias haya ocasionado un error de trece siglos en el análisis de Carbono 14.
Los defensores de la autenticidad de la Sábana afirman que un incendio ocurrido en 1532 en el sitio donde se resguardaba la reliquia, pudo haber sido otra fuente de contaminación para alterar el análisis posterior de su antigüedad.

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