Los migrantes centroamericanos se consideran con suerte y casi sobrevivientes porque han llegado al Estado de México. Aún tuvieron la fortuna de usar el tren para migrar y de momento, ya no están al pendiente de si los Maras se suben a “La Bestia” para arrebatarles el dinero que invierten en su andar para la búsqueda de una mejor vida.
Uno de ellos fue secuestrado un día, otro fue asaltado en dos ocasiones, una vez por las Maras y otra por unos tipos que se identificaron como “agentes”. Los golpearon a pesar de que habían entregado todo lo que traían. Ahora, dicen, “vamos para arriba”.
Saben que “está fregado para pasar” a Estados Unidos, porque “echaron más protección a la frontera”. Han escuchado también de que los pueden secuestrar, detener y regresar. La dificultad les hace ver en México su acomodo. Sólo quieren trabajar.
Ahora acuden a la parroquia de San Pablo Apóstol de Huehuetoca a pedir dinero a los fieles que están en la misa de mediodía. Para Geli es su segunda oportunidad, pues hace 10 años estuvo ya en México sin poder cruzar a Estados Unidos. Hoy, con sus 40 años, regresa a este territorio porque los sueldos en su país no alcanzan.
“Ya tiene como dos años que no me compro un par de zapatos. Allá vamos al día, teníamos lo justo para la comida y prefería ver a mis dos hijas catrinas, antes que comprarme a mí o a mi esposa”, dice Geli, quien salió de Comayagua.
Sabe que en México puede trabajar de lo que hacía en Honduras. “Teniendo un trabajo estable puedo ganar algo mejor que allá y ahorrar algo. Puedo pulir repellar pintura, yo solo pintaba casas allá”. Recuerda que México siempre ha sido mejor opción, pues hace 10 años, cuando allá ganaba 300 lempiras, acá ganaba lo equivalente a 600 lempiras.
Will es el más impetuoso, es su primera vez. Sus 24 años lo animan a olvidar que fue asaltado en dos ocasiones antes de llegar a la casa del migrante San Juan Diego Cuautlatoatzin, administrada por la diócesis de Cuautitlán. Prefiere pensar en su futuro y no en su comunidad en la que por trabajar le extorsionaban.
Llega directamente a la casa del migrante, donde sabe que sólo podrá estar por dos días. Así lo indica su reglamento, en el que también se les pide no beber, dejar sus celulares, si es que todavía los traen consigo, a la entrada. La identificación es necesaria para permanecer las 48 horas -de donde salen hasta que se cumple el tiempo total-, de traer documentos, por seguridad, sólo pueden 24.
Will asegura que a él no lo dejan trabajar las pandillas, que les piden una cuota semanal a todos los que laboran. “Es una especie de impuesto, entre 300 ó 400 lempiras”. Entre 500 y 600 pesos.
Se sienten hoy seguros porque han llegado a Huehuetoca, uno de los pasos de migrantes, pero también de aquellos que han visto en México su otra opción.
Estrategia mexicana
El gobierno de México anunció el lunes pasado las estrategias que impulsará en el Programa de Frontera Sur, que principalmente se centra en evitar que los migrantes aborden el tren de carga conocido como “La Bestia”, a fin, dijeron las autoridades, de salvaguardar la integridad física de los que utilizan este medio de carga como transporte. No obstante, Organizaciones de la Sociedad Civil han dicho que con este plan, los migrantes estarán expuestos a mayor vulnerabilidad.
La Secretaría de Relaciones Exteriores aseguró que México colaborará en todo momento con Guatemala, El Salvador y Honduras para apoyarlos en los procesos de resguardo, repatriación y disminución de incentivos a migrar.
“Se trabaja en una estrategia que implica acciones a nivel nacional, binacional, regional y multilateral. Ello con el propósito de asegurar la adecuada coordinación interinstitucional de todas las instancias que están vinculadas en resolver esta problemática”, refrendó la Cancillería mexicana.
Aseguró que el principio rector de las acciones es la garantía al trato digno y humano a los migrantes, particularmente en el caso de los menores no acompañados.
Migrantes se consideran “con suerte” por estar en México
Migrantes centroamericanos declararon tener suerte por estar en el Estado de México.