Para festejar el día del Adulto Mayor, el Centro de Seguridad Social organizó el baile “Una cana al aire”, en el que participaron alrededor de 150 personas. El evento se llevó a cabo en el casino del Sindicato del IMSS, donde puntualmente fueron llegando los abuelitos con todas las ganas de pasar una divertida tarde. Mientras algunos de ellos en la pista bailaban danzón y otros ritmos, otros, entre amenas charlas disfrutaron de un delicioso platillo y aguas frescas.

El festejo tuvo como fin consentir a los adultos mayores en su día, al ser parte de una serie de actividades que desde la pasada semana se llevaron a cabo para dotarlos de información que hagan su vida más plena. En una de éstas, el Dr. Pedro Pablo Trueba, encargado del área de desarrollo humano en el CSS del IMSS habló del “encanto de la vejez”, donde comparó la tercera edad con una operación matemática, “La vejez -lo he constatado- tiene una explicación matemática: Es la suma de conocimientos, experiencias, errores, años y achaques, multiplicada por, aciertos, dichas y bendiciones, a lo que podemos restarle los malos momentos y ello multiplicarlo al infinito hasta obtener el resultado final= La felicidad”, dijo.
Y continuó diciendo que el ser viejo tiene cosas buenas que siendo jóvenes estaban prohibidas. “Uno se puede acostar con Soledad o con Dolores (en ocasiones con ambas) y levantarse con Esperanza y a veces puede uno guiñar un ojo a “Caridad” sin tener que hacerle el feo a la Fe”.
Luego hizo referencia a tres escritores: “Decía Francisco de Quevedo, un escritor español del siglo 16, que todos deseamos llegar a viejos y todos negamos que hemos llegado, porque  presumimos que eso sería reconocer nuestra decrepitud… nuestras limitaciones que nos imposibilitan hacer “cosas de jóvenes”; pero en la vejez ¡Ser optimistas! ¡tiene sus ventajas!: Por ejemplo… es más difícil que engordemos… porque se nos derraman los líquidos más que lo que somos capaces de llevarnos a la boca, además tenemos necesidad de dormir menos que antes, lo que nos da más tiempo para dar consejos, los que ahora sabemos que debimos seguir en alguna situación. Gustave Flaubert, otro escritor, pero francés y más contemporáneo (1821-80), solía comentar “Cuando llegamos a viejos los pequeños hábitos se vuelven grandes tiranías” y Giacomo Leopardi, un poeta de fines del siglo XVII, más puntual señaló: “La vejez es mala… porque priva al hombre de todos los placeres… pero, le deja los apetitos”.
Con su sonrisa característica dijo después: “Yo por mi parte, con conocimiento de causa digo que nadie llega a los cien años sin haber cumplido 50… dos veces. Lo que podría traducirse ya sin ironía, que para llegar a viejos no hay mayor mérito que acumular años… En relación a lo que muchos dicen de que también se vuelve uno sabio, yo estoy como prueba de que tal cosa es falaz”.
E hizo hincapié en que los adultos mayores no son un objeto, por lo que siempre tiene una función en la vida aún sea como referente: “Y si sigues haciendo esos gestos vas a hacerte viejo más pronto”… “Está tan viejo que en su pastel de cumpleaños en vez de velas… le ponen cirios” y otros más procaces. Esto, recordando aquél dicho que cuenta que todo por servir se acaba y acaba por no servir”.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *