El fenómeno del “bullying” es una plaga en las escuelas de México, en las cuales tienen nuevas víctimas, los maestros de escuelas desde preescolar y hasta licenciaturas, alerta Jorge Manrique, rector del colegio Jurista, quien detalla que por cada alumno víctima de abusos existen tres profesores que sufren extorsiones y burlas de los estudiantes, padres de familia y personal del colegio.
“El rol de autoridad se pierde en México. Los maestros se perciben como altamente vulnerables y son víctimas de extorsiones en instituciones públicas y privadas. Se potencia el concepto mal aplicado de que ‘el cliente manda’ y así se exige a los profesores no sólo calificaciones, sino trato preferente de parte de algunos alumnos y tutores de éstos”, comenta.
Derechos de todos
El jurista señala que mientras se avanza en el terreno de los derechos de los estudiantes, el estatus de autoridad se pierde en el magisterio. Prueba de ello —dice— son los bajos sueldos y mínimas canonjías de que goza el profesorado de todos los niveles. Esta situación incide en que sean vejados, maltratados, amenazados y agredidos.
Manrique cuenta que de los casos documentados de este acoso destaca el bloqueo social que ejercen padres de familia y funcionarios de la institución contra maestros impopulares, por no responder a las expectativas sociales de una comunidad específica.
“Determinada extracción social, aspecto físico o vestimenta inciden en que se excluya a un profesor de actividades sociales e incluso se le niegue el saludo”, dice.
Algunos tipos de maltrato:
• El hostigamiento que ejercen los alumnos recae en profesores considerados vulnerables y se da con motes, burlas y crueldad. “Es un tipo de acoso que gana popularidad cuando a los alumnos no les gusta la materia que se imparte, el tema que se trata o la manera de calificar o explicar del profesor. Es una técnica avasalladora que trata de captar como reos de sus caprichos a los maestros”.
• La manipulación social trata de generar una mala imagen del profesor al hablar mal de él. Es una práctica a la que recurren padres de familia, autoridades educativas y alumnos.
• La coacción de tratar que un profesor realice acciones que no desea son las que más se evidencian en escuelas donde se exige a los profesores que los alumnos aprueben con buenas calificaciones para no ver disminuida la matrícula.
• En raros casos se llega a amenazar la integridad del profesor, aunque es una práctica que no debe desestimarse. “No tenemos muchos casos documentados, pero sí denuncias aisladas que nos permiten inferir la existencia de amenazas de daño físico a algunos profesores”, comenta el jurista.