Túnez, Marruecos y Argelia se han convertido en las principales canteras del islamismo radical, pero también en países europeos como España, Francia, Reino Unido, Holanda y Alemania se lleva a cabo la captación de centenares de integristas que se incorporan a la Yihad (guerra santa) en Medio Oriente.

Se calcula que en Europa puede haber unos 11 mil combatientes fieles a diversos grupos yihadistas, mayoritariamente al Estado Islámico (EI), según fuentes antiterroristas españolas.

Los tunecinos, marroquíes y argelinos constituyen los grupos más numerosos de extranjeros con presencia activa en los conflictos de Irak y Siria.

Los yihadistas magrebíes y europeos se incorporan sobre todo al EI, que se revela cada vez más pujante y violento, como lo demuestra la decapitación del reportero de guerra de EU, James Foley.

Desde 2011, año en que comenzó la guerra en Siria, aproximadamente 15 mil extranjeros se han sumado al frente yihadista en la zona, según Fernando Reinares, investigador del Real Instituto Elcano y catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos.

El analista destaca que alrededor de mil 200 integristas han salido desde Marruecos, cerca de mil desde Argelia y unos 2 mil 400 desde Túnez.

La web especializada en terrorismo SouganGorup señala que la quinta parte de los 12 mil integristas que están participando en el conflicto sirio, proceden de países occidentales donde Francia y Reino Unido están a la cabeza, con 700 y 400 yihadistas respectivamente.

“A los cerca de 4 mil tunecinos y marroquíes que se encuentran peleando en la zona, hay que añadir centenares de europeos de origen magrebí, sobre todo franceses, belgas, británicos, holandeses y alemanes que están combatiendo en Siria e Irak”, señala a REFORMA Ignacio Cembrero, especialista en el Magreb.

“Los yihadistas son una amenaza para el sur de Europa donde ya hemos sido golpeados. Pero sobre todo el terrorismo presente en Mali o en Libia representa una amenaza para la estabilidad de estos países y sus vecinos, como Argelia, Túnez o Marruecos”, agrega el ex corresponsal de El País en el norte de África.

El terrorismo islamista en el Magreb surge en Argelia en 1993 y con las guerras de Siria e Irak y el surgimiento del EI se reconvierten las vocaciones hacia el Medio Oriente.

“No hay solución a corto plazo sino a muy largo plazo y desde luego al yihadismo hay que combatirlo con las armas, pero también influyendo en las ideas que se están propagando en el norte de África y elevando el nivel de desarrollo y educación de esas poblaciones”, indica el experto.

Las últimas operaciones policiales demuestran que España, que alberga a cientos de miles de ciudadanos procedentes de Marruecos, no es ajena a la captación de yihadistas, sobre todo en ciudades con amplia presencia musulmana como Ceuta y Melilla.

Las redes de captación se nutren de ciudadanos de origen magrebí residentes o nacidos en países europeos, donde se lleva a cabo habitualmente el reclutamiento de combatientes.

Más de 450 británicos han abandonado Gran Bretaña en los últimos meses para ser entrenados en Siria y unirse a las filas del EI, según estima el Gobierno de Londres.

Cerca de medio centenar de integristas retornaron a Inglaterra.

“La mayoría de ellos odia la sociedad occidental y sueña con perpetrar un ataque terrorista con el mayor número posible de víctimas”, indica el politólogo británico Firas Abi Ali.

El 80 por ciento de los yihadistas captados en Europa se integran al EI, sobre todo en Siria, y las vías de entrada son fundamentalmente Turquía, Bulgaria, Grecia y Túnez.

El perfil del magrebí reclutado para el integrismo radical coincide con el de un varón de entre 20 y 40 años del medio urbano y ocupado en el pequeño comercio, obrero manual o estudiante.

Más que la condición socioeconómica, es la exposición a la ideología del salafismo yihadista lo que determina el compromiso de los nuevos integristas islámicos cuyo reclutamiento, sin restar importancia a internet, se produce cara a cara, en la vida cotidiana, según los expertos.

Pasan por España redes yihadistas

El pasado 14 de agosto, fuerzas policiales españolas y marroquíes lograron la desarticulación de una estructura terrorista de corte yihadista asentada en las localidades marroquíes de Castillejos, Tetuán y Fez.

La operación se saldó con la detención de nueve personas de nacionalidad marroquí, algunas de ellas con fuertes vinculaciones con España.

Los detenidos son responsables de llevar a cabo actividades de reclutamiento, apoyo financiero y envío de yihadistas, tanto marroquíes como de otras nacionalidades, a Siria e Irak para su posterior integración en la organización terrorista Estado Islámico, según el Ministerio español del Interior.

Las investigaciones confirman que los yihadistas reclutados por la red desmantelada recibían instrucción en el manejo de armas, montaje y colocación de artefactos explosivos y robo de automóviles, con el fin de participar en atentados terroristas suicidas o en combates en zonas de conflicto.

Algunos de los activistas reclutados y enviados por la red, ahora desmantelada, participaron en actos atroces de violencia contra soldados de los Ejércitos sirio e iraquí, tales como decapitaciones, cuyas imágenes grabadas fueron colgadas en Internet y difundidas a través de redes sociales, indicaron las autoridades españolas.

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