El cultivo de la marihuana se extiende en gran parte del País, desde Tijuana hasta Ocosingo.
Militares informaron que entre 2006 y 2013 hallaron y destruyeron 332 mil 159 sembradíos del enervante en mil 89 de los 2 mil 456 municipios que hay en el País.
Los cultivos van desde una extensión de un metro cuadrado hasta las 290 hectáreas. El más grande que se encontró en ese periodo fue ubicado en el municipio de Guadalupe y Calvo, en Chihuahua.
Su tamaño era dos veces mayor que el muy publicitado hallado cerca de la carretera Guerrero Negro – Ensenada, en ese municipio de Baja California en julio de 2011, de 120 hectáreas.
De acuerdo con un documento de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), revelado a través de Transparencia, en los siete años señalados, soldados erradicaron una superficie equivalente a más de mil 300 kilómetros cuadrados, poco más de 130 mil hectáreas.
Sobresalen en el listado Badiraguato, Tamazula y Guadalupe y Calvo, municipios de Sinaloa, Durango y Chihuahua que integran el llamado “Triángulo Dorado” del narcotráfico.
Sólo en Badiraguato, donde nació “El Chapo Guzmán”, la Sedena reportó haber encontrado 31 mil 229 sembradíos de cannabis con una extensión total de 212.6 kilómetros cuadrados.
Activistas y académicos y los propios militares han admitido que los cultivos erradicados son sembrados de nueva cuenta una y otra vez incluso a veces en el mismo espacio.
El sembradío más grande hallado en Badiraguato abarcaba .44 kilómetros cuadrados, según los datos revelados por la Sedena. Y más de 860 ocupaban más de una hectárea. Los cultivos fueron encontrados en los 18 municipios que integran la entidad.
Prácticamente en todos los municipios de la franja costera del Pacífico, desde en San Luis Río Colorado, Sonora, hasta Ayutla de los Libres, en Guerrero, se encontraron cultivos de la droga.
También resaltan la región de Tierra Caliente de Guerrero y Michoacán, sumidos en los últimos meses en espirales de violencia vinculada a grupos narcotraficantes.
En Michoacán, destaca el caso de Aguililla y los municipios de la Sierra de Coalcomán, epicentro de la batalla de los grupos de autodefensa y los Caballeros Templarios que azotó a esa región durante 2013.
Solo en Aguililla, los militares reportaron haber hallado entre 2006 y 2013 un total de 6 mil 329 sembradíos de mariguana, con una extensión total de 23 kilómetros cuadrados. Pasa algo similar en las zonas rurales de Apatzingán, Aquila, Coalcomán, Arteaga y Tumbiscatío, cuna de los Templarios. En 107 de los 113 municipios de Michoacán fueron hallados cultivos de la droga, de acuerdo con el reporte de la Sedena.
Según el documento, también se hallaron sembradíos de la planta en el sur del estado de México, en municipios como Luvianos, Tlatlaya y Tejulpico, donde en semanas recientes se han registrado hechos de violencia ligados a grupos criminales.
En Guerrero se halló mariguana en prácticamente todos los municipios del estado. Destaca por la cantidad de sembradíos y la superficie erradicada Ayutla de los Libres, en la Costa Chica.
En esta entidad y otras, los municipios donde se encontraron plantaciones tienen altos grados de marginación, de acuerdo con datos del Coneval. Por ejemplo, 56 por ciento de la población en Ayutla de los Libres está en situación de pobreza extrema y 31 por ciento de pobreza moderada. En Guadalupe y Calvo, 47 están en extrema y 42 en moderada. En Tamazula, Durango, 82 por ciento de la población está en situación de pobreza.
Y en los municipios más pobres del país como Cochoapa el Grande y Metlatonoc, en la montaña de Guerrero, también fue hallado el enervante, lo mismo que en más de 359 municipios de Oaxaca.
Jorge Hernández Tinajero, politólogo de la UNAM, presidente del Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas (CuPIHD) y miembro de la Asociación Mexicana de Estudios del Cannabis, dijo que la política de erradicación no tiene metas claras, es incoherente y responde a la presión de Estados Unidos.
“Les puedes destruir el cultivo, pero luego ¿qué? o se van porque se mueren de hambre o vuelve a cultivar porque no tienen otra cosa que hacer”, dijo Hernández en entrevista.
“No existen metas determinadas ¿Cuál es la meta que tiene la Sedena para destruir cultivos ¿que no haya uno solo? ¿tenerlos bajo control? ¿saber dónde están y cómo operan?, no se sabe.
“La erradicación es un fragmento de un plan que no existe y que no tiene en realidad ningún impacto más que el control territorial, supuestamente, de ciertas áreas”, añadió el politólogo.
El diputado Fernando Belaunzarán afirmó que el esquema de destrucción de cultivos es un fracaso en México y a nivel mundial.
“No se ha disminuido el consumo, no se ha disminuido la producción y eso sí se han generado muchas consecuencias no deseadas, sobre todo en los países productores y de tránsito”, explicó. Además, los beneficios del mercado ilegal de marihuana no impactan en la economía de las comunidades que se dedican al cultivo del enervante.
“Los municipios pobres que cultivan marihuana se mantienen pobres. El hecho de que se cultiva en la ilegalidad no genera beneficio para las comunidades”, dijo en entrevista.
“A lo mejor a los campesinos les pagan un poquito mejor que si cultivaran otros productos, pero no se ve que sean comunidades ricas, prósperas. Yo esperaría que con una regulación en el cultivo de esta planta trajera mejores condiciones para los campesinos”, dijo.

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