Los cuatro mexicanos detenidos en esta ciudad brasileña, a quienes un juez liberó bajo fianza el pasado 19 de agosto, viven en un departamento por el que pagan entre 4 mil y 4 mil 200 reales mensuales (de mil 900 a 2 mil dólares, unos 26 mil pesos mexicanos), para enfrentar un juicio que puede durar meses. 
Viven en una situación judicial parecida a la figura de prisión domiciliaria: no pueden moverse más allá de un radio de 600 metros y rentaron un departamento de dos cuartos y dos baños en el piso 16, en el edificio Terraco do Atlántico, un complejo con piscina. 
El juez ordenó que les retuvieran el pasaporte a Sergio Israel y Ángel Romak Eguren Cornejo, así como a sus amigos Rafael Medina Pederzini y Mateo Codinas; además, no pueden salir después de las 19:00 horas y tienen que ir al juzgado cada 15 días para firmar un acta. 
La tesis de los cuatro mexicanos acusados de lesiones corporales graves es que ellos no golpearon a David Chaves, pero familiares, testigos y policías aseguran que los panistas fueron los agresores. 

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