El Parlamento de China informó que no permitirá nominaciones abiertas en las elecciones para líder de Hong Kong, ya que, dicen, quieren evitar una sociedad caótica.

Activistas democráticos, en el centro financiero de Asia, advirtieron que definitivamente harán una ocupación masiva del corazón de la ciudad a manera de desaprobación.

“En este mismo momento, el camino del diálogo se ha agotado “, dijo Benny Tai, uno de los líderes del movimiento de protesta.

El comité permanente de la Asamblea Popular Nacional de China (APN) explicó que respaldó un marco de trabajo para permitir que sólo dos o tres candidatos se postulen en 2017 para ser el próximo líder de Hong Kong.

Todos los candidatos deben obtener primero el apoyo mayoritario de un comité de nominación que probablemente estará integrado por individuos leales a Beijing.

La decisión de la APN, el árbitro final de China en los asuntos democráticos de Hong Kong, hace casi imposible que demócratas opositores al régimen puedan postularse a las elecciones.

“Esta es una decisión legal, justa y razonable. Es una decisión digna y prudente y su efecto legal está más allá de toda duda”, defendió el subsecretario general del comité permanente de la APN, Li Fei.

Los activistas exigieron que Beijing permitiera una elección libre, por lo que realizaron una manifestación para dar inicio, formalmente, a su campaña de desobediencia civil, que culminó con un bloqueo del distrito financiero de la ciudad.

Li subrayó que esos llamados poco prácticos han conducido a una enorme pérdida de tiempo en la sociedad hongkonesa y que los estándares internacionales demandados por el grupo están diseñados para sus propios intereses y necesidades.

“Lo que realmente desean no son estándares internacionales sino estándares personales”, agregó.

Las directrices establecidas por los líderes comunistas de China extreman las relaciones hasta la posibilidad de enfrentar a Beijing contra los partidarios de la democracia de Hong Kong, un grupo que representa a un amplio sector de la sociedad, incluyendo a los estudiantes, líderes religiosos y trabajadores financieros.

El anuncio de Beijing se produce después de un verano de protestas que han invadido las calles de Hong Kong por partes de activistas pro Beijing y también pro democracia.

Las tensiones políticas se dispararon en junio, cuando las autoridades chinas lanzaron la política libro blanco en la que estipulan que el alto grado de autonomía de Hong Kong se deriva, únicamente, de la autorización por parte de la dirección central.

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