Ixtapa no sólo es la playa “normal” en ella se sentirá como en casa desde su hoteles, su gente, y porque no hasta una ciclovía de 10 kilómetros que lo llevará al cocodrilario.
La experiencia está entre unir el “pueblito” que es Zihuatanejo y tener a unos pasos la playa; esto hace que Ixtapa se vuelva un destino dos por uno.
Y es que el lugar es ambicioso porque además de contar con todo estilo de hotel, también sus playas como Playa Linda y Playa el Palmar invitan a conocer los rincones del lugar.
La liberación de 18 mil tortugas cada año y el certificado de Playa Limpia para Playa El Palmar (que la administración municipal quiere repetir en para el siguiente año), demuestra que además del turismo trabajan en proyectos para destacar sus rincones naturales.
Cigarras, cangrejos a la mitad de una pista, flora y fauna, y hasta cocodrilos es lo que se encontrará en el recorrido de 10 kilómetros de ciclopista en Ixtapa, construida o mejor dicho, enterrada entre la selva.
La aventura a dos pedales comienza en Ixtapa en la avenida principal para subir unas cuantas colinas, y entrar entonces a la zona resguarda por las autoridades donde más allá de playa, y flora el encuentro está entre el visitante y la bicicleta.
A escasos 6 kilómetros está el cocodrilario y a unos pedaleos más se encuentra Playa Linda o la “alberca gigante” donde el oleaje es tan tranquilo que los citadinos aseguran que es como estar en una piscina ideal para los menores de edad.
Xihuacán, arqueología en la playa

A una media hora de la playa y del pueblo, así sumergido entre plantas, y un camino que se hace cada vez más largo está Xihucana que significa “lugar de los que controlan el calendario” o “aquellos que tienen la posesión del tiempo”.
El sitio se encuentra en un centro ceremonial o al menos así lo hicieron los antepasados. Ubicado en una pequeña comunidad llamada Soledad de Maciel, pero conocida por los habitantes como “La chole”.
Hace apenas alrededor de 4 años, según Rigoberto García uno de los pocos guías del pequeño lugar, los habitantes aledaños guardaban en sus casas pequeñas piezas encontradas en la tierra, sin forma pero olían a historia.
Lo primero que encontraron pero en un tamaño mayor fue “Tlaltecuhtli” un disco que representa al dios solar, además de figurillas llamadas “mujer bonita” .
Era necesario que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se hiciera cargo porque debajo de la tierra algo estaba ocurriendo, las ruinas al escarbar tenían historia.
Xihuacán es quizá uno de los primeros sitios en donde el juego de pelota de los antepasados comenzó a darse.
Para el INAH fue importante resguardar esta zona y en 2011 abrió el museo tras el encuentro de piezas importantes de la historia del pueblo.
Actualmente una pirámide se encuentra en resguardo, y en “reparación” las ruinas ya son actualmente utilizadas también para recibir con alguna ceremonia las diferentes estaciones del año entre ellos la primavera.

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