La policía antinarcóticos inició el miércoles la incineración de 7,7 toneladas de cocaína, la mayor incautación de droga en este país, que por la cantidad su destrucción demandará al menos siete días, anunciaron las autoridades.
La droga fue traída vía aérea desde la norteña ciudad de Huanchaco donde la semana anterior agentes de la División de Investigaciones Especiales, una unidad élite antinarcóticos que recibe apoyo de la DEA estadounidense, incautó la cocaína oculta en el interior de miles de rocas de carbón almacenadas en una casa rural ubicada muy cerca del Pacífico.
“Es un día histórico porque se está destruyendo la droga que fue decomisada en el golpe más duro que se ha dado al tráfico ilícito de drogas en el Perú”, dijo a periodistas el ministro del Interior Daniel Urresti.
Los agentes antinarcóticos capturaron a dos mexicanos y actualmente verifica sus verdaderas identidades. La cocaína, que tenía su origen en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, iba a ser exportada vía marítima hacia España y Bélgica.
El funcionario estatal Oscar Silencio, que verificaba la incineración, dijo a la AP que el horno donde se estaba destruyendo la cocaína tenía la capacidad de quemar a 900 grados centígrados poco más una tonelada diaria.
Añadió que el horno usa durante las 10 horas de trabajo diario hasta 150 galones de gas y cada 10 minutos en promedio el equipo encargado de la quema, formado por 30 personas, va ingresando una bolsa que contiene 18 kilos de cocaína.
Desde 2012 Perú es el principal productor de cocaína en el mundo, según la DEA y también el primer cultivador de la hoja de coca, de acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito.