Inmigrantes procedentes de África emboscan camiones, se introducen en los autos de los vacacionistas y pelean por el territorio, nuevas conductas de la creciente lucha por cruzar el Canal de la Mancha hacia Inglaterra. Su arribo en números cada vez más elevados ha rebasado la capacidad de la policía de Calais para controlarlos.
Autoridades de Calais se han puesto a la defensiva, han ordenado el reforzamiento de la seguridad y amenazan a Inglaterra, a quien acusan de no ayudar a lidiar con el problema.
La alcaldesa Natacha Bouchart, quien sostiene que la ciudad ha sido tomada como rehén, prometió la semana pasada con el cierre del puerto —una medida ilegal— si el primer ministro británico, David Cameron, no acude a Calais para analizar el problema.
Funcionarios de la ciudad señalan que al menos 1300, la mayoría procedente de países africanos como Eritrea, Sudán y Somalia, pero también de Afganistán, están actualmente en Calais. Temen que el número aumente a 5000 a fin de año. Eso representa una parte pequeña del total que llega a Europa, en su mayoría a través de Italia, a donde este año han llegado 60,000 personas, pero quienes quieren ir a Gran Bretaña terminan en Calais, una ciudad de 75,000 habitantes con una tasa de desempleo de que se eleva rápidamente.
La semana pasada unos 100 inmigrantes entraron por la fuerza al puerto bien vigilado, trepando a la valla y tratando de escapar de los guardias de seguridad. Los inmigrantes suelen lanzar piedras contra los camiones de carga que van hacia el puerto para que reduzcan su velocidad y así abordarlos, dice la policía.
Al finalizar las vacaciones algunos trataron de subir a los autos de vacacionistas que volvían de Francia aprovechando los congestionamientos viales. Es común ver a muchos de ellos escondidos tras arbustos o caminando por la carretera que lleva al puerto. La competencia por mejores sitios para saltar hacia los camiones provoca peleas.
El director del puerto, Jean-Marc Puissesseau anunció que la seguridad se reforzará aunque se negó a ser específico. Actualmente el puerto gasta 15 millones de euros al año en personal de seguridad para mantener alejados a los inmigrantes, y sostiene que los gobiernos de Francia e Inglaterra deberían de contribuir con recursos a ese esfuerzo.
Incremento de inmigrantes alarma en Francia
Inmigrantes procedentes de África emboscan camiones, se introducen en los autos de los vacacionistas y pelean por el territorio.