Mucha Fuerza hace caer a Titánicos

Titánicos regresó con nuevo ánimo, pero volvió a perder. Esta vez  cayeron 75-95 ante la Fuerza Regia de Monterrey, en el Domo de la Feria.
El primer cuarto de su segundo compromiso en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional no favoreció a los leoneses, quienes con todo y la rapidez mostrada en los primeros minutos, se quedaron cortos y la Fuerza Regia ni respirar los dejó, ya que las clavadas del Edward Elliott Jr. les dejaron pronto muy atrás, con una pizarra de 19-28.
Para el segundo cuarto la afición mostró esperanza, pues en los momentos más difíciles Gregory Preer resurgió de su posición media y logró robar algunos pases para conectar al aro.
Scott Adubato, coach de los leoneses, daba indicaciones ofensivas, pero sin atender a una defensa descuidada y la estrategia provocó un descuido en la canasta de los Titanes, que fue aprovechada por Eugene Phelps.
Los asistentes sólo movían la cabeza en señal negativa al ver a Phelps entrar en su zona y anotar, pero los alaridos se hicieron más fuertes cuando el juez dejó pasar una clara violación del regio López, lo que despertó a los 1,000 seguidores reunidos en el domo de la feria. El marcador no era favorable y titánicos perdía 30-50 al medio tiempo.
El tercer cuarto fue de Darren White, quien mayor número de tiros tuvo (tres acertados), pero el local sufrió un tropiezo que lo dejó en la duela y fuera del juego. Ríos lo sustituyó pero su magia hizo falta.
Los regios se adelantaron 20 puntos más para terminar el tercer periodo (47- 74) y para ese momento la duela mostraba su desgaste, lo que provocó varias caídas y balones sueltos, perfectos para el robo de pases, técnica en la que se especializan los del norte.
Las matracas en la tribuna marcaron el regreso de la estrella Titánica. Dolido pero aguerrido siguió el cuadro local en el último lapso.
En la recta final, Titánicos se vio obligado al juego rudo, la última opción de Adubato y que tampoco dio resultados, pues quedó demostrada la lentitud de los postes ante el bloqueo, para cerrar una noche no tan agria como la del jueves, pero igual de dolorosa.