Los derrames por la ordeña de gasolina en Tabasco y su consecuente daño ambiental tienen en alerta a autoridades federales y estatales.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que al cierre de agosto de este año suman 35 derrames, de los cuales 23 fueron de gasolina. En el mismo periodo del año anterior fueron sólo seis, uno de ellos de gasolina.
El delegado de esa dependencia, Trinidad Sánchez Noverola, explicó que por primera vez en Tabasco, son más los derrames de gasolina que los de petróleo.
En entrevista, explicó que 22 se han concentrado en pastizales y extensiones agrícolas y ganaderas de los municipios de Huimanguillo, Cunduacán y Comalcalco, y los restantes 13, en Cárdenas, Centro, Paraíso y Centla.
Por el daño ambiental causado, destaca el registrado en las inmediaciones del poblado Pico de Oro, en Huimanguillo, el pasado 20 de agosto.
“El área impactada es de seis hectáreas. Había tal cantidad de gasolina que lugareños estuvieron sacando el combustible con cubetas”, refirió.
También los ocurridos el 20 de julio, en la comunidad de Pejelagartero y el de San Miguel el 28 de agosto. Los tres ocurrieron en el mismo poliducto Minatitlán-Villahermosa, en un periodo de 38 días.
Y debido a que la mayoría de las fugas derivan de tomas clandestinas o “actos vandálicos”, la Profepa no puede multar a Pemex.
“El hecho de que Pemex asuma, como empresa, la responsabilidad de limpieza y caracterización del sitio es otra cosa, pero la Profepa no le puede imputar de manera directa porque no se está demostrando que la fuga sea por falta de mantenimiento o un caso fortuito de sobrepresión en su instalación”, explicó.
“Los actos vandálicos son ajenos a la voluntad a Pemex, y si Pemex demuestra que le ha dado mantenimiento y cuenta con vigilancia en su sistema de ductos, por qué le voy a imputar la responsabilidad”, planteó.
Aseguró que hasta ahora, Pemex ha asumido la responsabilidad de limpieza del combustible y restauración de la zona impactada.
Por ello, advirtió que las denuncias penales por los daños ambientales derivados de las ordeñas de gasolina, le corresponde a Pemex, y las de carácter civil, a la sociedad, a partir de una acción colectiva que establece la propia ley ambiental.
Por lo pronto, explicó que la empresa debe reforzar su seguridad con personal de la Procuraduría General de la República o de corporaciones de vigilancia para evitar el ordeñamiento de los ductos.
Culpa Gobernador a crimen organizado
El gobernador Arturo Núñez Jiménez atribuyó a la delincuencia organizada el repunte en los derrames de gasolina que ponen en riesgo a la población de comunidades.
“Lamentablemente es parte de lo que deja la delincuencia organizada. Dejan abiertos los ductos deliberadamente porque salen corriendo por el temor de que los agarren in fraganti”, comentó.
El mandatario estatal fue consultado sobre la propuesta de su Secretario de Gobierno, Raúl Ojeda, para que la Gendarmería Nacional apoye en contener ese problema, dada la insuficiencia vigilancia del personal de seguridad de Pemex.
“El robo de gasolina es un problema real y muy grave, donde hay un campo de acción importante para la Gendarmería”, dijo en su momento el funcionario.
Núñez fue reservado sobre el tema y subrayó que la decisión corresponde a la Policía Federal. Por lo pronto, admitió que en Tabasco repuntaron las tomas clandestinas y que será difícil lograr un control y vigilancia por la cantidad de ductos que atraviesan la entidad.