La primavera-verano es la temporada que suele permitir estampados saturados, temas florales y colores vibrantes. Pero la moda mexicana parece estar lista para dar un revés y tratar de hacer un lado las imágenes de temas veraniegos y en su lugar apostar por un discurso minimalista.
Durante la primera jornada de la Semana de la Moda mexicana, los diseñadores se dejaron seducir por la sencillez. La firma Pink Magnolia presentó una propuesta en la que logró un balance entre estampados florales y tonos neutros; Pineda Covalín empapó de geometría su eterna inspiración mexicana y Adolfo Domínguez demostró que el lino puede ser la fibra más elegante.
PINK MAGNOLIA
La firma diseñada por la joven Paola “Pavo” Wong presentó una nueva imagen de marca: más madura, sólida y estable. El concepto se trasladó de manera exitosa a “Nichim”, que significa flor en la lengua indígena tzotzil. Aunque justamente fueron las flores las que denominaron su colección primavera-verano 2015, ésta destacó por logró un equilibrio adecuado entre estampados saturados y de inspiración geométrica con tonos neutros.
La mujer de Pink Magnolia no deja de ser una niña, pues aún recorre las pasarelas con faldas amplias de gasa y en tonos pastel, pero sí sabe ser más sofisticada, pues mezcla esas texturas con blusas tipo halter con estampados de flores. Hubo piezas totalmente florales, pero que aterrizaron gracias al juego de texturas como un vestido blanco recubierto de una capa de gasa negra.
Por vez primera, Wong se introdujo al mundo de los patrones étnicos y presentó prendas con formas piramidales y siluetas holgadas que remitían a la vestimenta tradicional de los indígenas tzotziles del estado mexicano de Chiapas. Sobresalieron un conjunto vaporoso en blanco con hombros amplios y falda blanca, así como un vestido corto en tono verde.
Otro acierto fue la colaboración con la ilustradora Jimena Sánchez “Pipirisnais”, que llevó a algunas prendas elegantes, como un par de vestidos cortos blancos con coquetos lunares de color y otro con flores en los costados. Con ese tipo de ejercicio, Wong demostró que la mujer de Pink Magnolia aún es juguetona, pero de manera más inteligente.
PINEDA COVALÍN
Tras haber abierto sus puertas en temporadas anteriores a creadores como Kris Goyri, el colombiano Jorge Duque y Arturo Ramos, la firma Pineda Covalín adquirió nuevos bríos gracias a la colección que presentó en conjunto con Cihuah, de la diseñadora Vanessa Guckel.
La mano de Guckel, de origen francés y directora creativa de una firma que se caracteriza por las líneas depuradas y aproximación arquitectónica a la moda, fue evidente y permitió que los saturados estampados de Pineda Covalín adquirieran tintes minimalistas.
Bloques de color y geometría imperaron en la propuesta que incluyó vestidos, blusones y shorts. El equilibrio entre estampados y colores sólidos hicieron más sutil la colección.
Sobresalieron un puñado de vestidos en los que paneles gráficos convivían con estructuras sólidas, como un modelo en tono blanco que con una delineada diagonal daba paso a un intenso estampado en tono rojizos, un par de vestidos negros con los bordes delimitados por estampados en seda o un pequeño vestido negro cuyos hombros fueron acentuados igualmente por estampados.
La sutileza de los trazos de Cihuah y la fuerza de Pineda Covalín se constató en un par de conjuntos que demostraron que incluso el más puro minimalismo puede albergar estampados. Así lo demostraron los creativos cuando enviaron a la pasarela un conjunto de pantalón blanco con una blusa en el mismo tono que tenía un segmento confeccionado con los gráficos de la firma.
ADOLFO DOMÍNGUEZ
El diseñador español, maestro de la moda casual, comprobó que en la moda lo más clásico nunca pasa de moda.
Domínguez ofreció una colección inspirada en divas y astros como Lauren Hutton, Alain Delon y Steve McQueen y a partir de ello creó prendas ideales para un safari africano, con siluetas inspiradas en los 70 y revestidos de prendas básicas, clásicas y atemporales en tonos neutros como blanco, arena, kaki, verde y sutiles azul.
“Una característica común de lo yo hago es la sencillez. Y luego la intención de provocar emoción”, señaló Domínguez en una entrevista previa con la AP.
Y lo logró, pues con cada andar de los modelos, el español llevó a los asistentes a un viaje por un safari, donde chaquetas, coquetos vestidos cortos y hasta un elegante hombre alcanzaban una elegancia poética gracias al uso del lino, con el que se elaboró de todo.
“El lino es maravilloso, el lino se arruga hasta mirándolo, no hace falta tocarlos. Es el chasmere del trópico”, señaló el diseñador.
Domínguez, culminó su desfile con su sello: con la elegancia atemporal. Para ello el diseñador envió un trío de modelos luciendo distintas versiones del indispensable vestido negro. Ya sea con tirantes, cuellos tipo halter o con los hombros descubiertos, en el universo de Domínguez, un clásico siempre está de moda.

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