Lección que se aprende a cuestas, así los alpinistas Yuri Contreras y Laura González del Castillo conquistaron la ‘Diosa Turquesa’, monte Cho You en la cordillera del Himalaya.
La sexta montaña más alta del mundo con 8 mil 201 metros sobre el nivel del mar y con quien tenía una cuenta pendiente ya que en 2008 quisieron escalarla pero no se pudo.
El monte los obligó a llegar al límite de sus capacidades, por una parte Laura terminó con los dedos congelados, para Yuri, pareja de Laura, fue la renovación de su compromiso después de un fracaso obtenido en 2012, cuando el Makalu, no los dejó conquistar su cima.
“Era importante para nostros por eso, porque era la renovación, en 2013 nos entrenamos para llegar a este reto y cumplirlo porque fue devastador para nostros no llegar esa vez”, aseguró Yuri, quien lleva su vida como doctor conjugada.
La pareja alpinista contó su historia, donde por primera vez se tuvieron que separar para poder llegar en un recorrrido cuesta arriba que duró más de una semana.
“Empezamos un grupo de 10 personas contando a nuestro guía que era una persona que por ser militar nos exigía mucho”, dijo Laura.
“Es curioso, leemos reseñas de las personas que acaban de escalar y aparecen nuestros nombres, es todo un orgullo poner a todo un estado que no tiene nada que ver con el montañismo, más en la meca como es el Himalaya”, platicó Laura, quien recuerda que el “dolor es morado cuando tus pies se congelan”.
El 28 de septiembre comenzó lo que se conoce como ataque a la cima, el verdadero reto depués de instalar 2 campamentos previos en la falda de la ‘Diosa Turquesa’.
La salida del campamento 3 fue a las 12 de la noche, iban en el grupo de personas fuertes, hasta ese momento eran 7 integrantes pero uno regresó por congelación, entonces la hazaña sería sólo de 6 personas y faltaba aproximadamente un kilómetro y medio para rascar el cielo.
“Fue la parte más difícil, los dos empezamos bien pero poco a poco el frío nos desgastó, a mi más”, platicó Laura, quien sufrió más la última parte del ascenso a la ‘Diosa’, cuando se atrasó y se quedó con un guía. “Yo me quedaba acurrucada y él me preguntaba si quería bajar pero yo me negaba”.
Cinco o quince minutos ‘hecha bolita’ en una temperatura de menos 35 grados, helada y sin Yuri cerca, Laura peleó con sus demonios internos y logró llevar la cima, para ese momento Yuri estaba tomándose una foto en la punta a las 7 de la mañana.
Laura continuó el ascenso y llegó media hora después. “En ese momento no piensas, estás arriba y lo disfrutas pero igual sientes el frío y todo el desgaste de tu cuerpo”, comentó la pareja.
Hoy el recuerdo está en su memoria y en fotografías que muestran a un Yuri y Laura rojos, quemados por el frío, festejando con coca y comida de muchas calorías, en honor a salir de una más con vida.
En 2015 se repetirá un ascenso, pero ahora al segundo pico más alto del mundo y uno de los más peligrosos, la Montaña K2 o puede ser que el Everest, pero aún no saben.
“Retirarse de esto es retirarse de la vida”, aseguró Laura quien piensa en sus dos hijos, en la montaña, en su pareja y en los retos próximos que no pararán pronto.

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