Saquean gasolineras maestros en Oaxaca

Maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tomaron, saquearon y vandalizaron ayer 9 gasolineras en el estado en protesta por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Durante 5 horas los profesores de la sección 22 tuvieron bajo su control los negocios de combustible.
Como medida preventiva, los propietarios cerraron sus válvulas para impedir que los profesores regalaran la gasolina.
Entre las gasolineras tomadas se encuentra la denominada  Fonapas -que es propiedad del Gobierno estatal-, así como Faja de Oro, Bautista, San Pablo, Calvo, Cinco Señores, Aeropuerto, Buenos Aires y Transoceánica.
Ocho de ellas se ubican en la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, y la otra en el Puerto de Salina Cruz.
En las estaciones Buenos Aires y Transoceánica los maestros saquearon combustible, aditivos y causaron destrozos en los equipos y sus edificios.
En la primera, localizada en la colonia Buenos Aires, en el municipio de San Antonio de la Cal, los educadores encabezados por su lideresa María del Carmen López Vásquez irrumpieron de manera violenta para robar el combustible.
Sin embargo, al percatarse de que las válvulas estaban cerradas, se enfurecieron y arremetieron contra las oficinas exigiendo que les abrieran el abasto de gasolina.
Ahí los profesores rompieron cristales y robaron aditivos que estaban exhibidos en varios anaqueles situados a un costado de las bombas de gasolina.
Elementos de la Policía Estatal se presentaron en el establecimiento, pero en su presencia continuó el robo. Los maestros amenazaron a los agentes y finalmente se retiraron sin detener el saqueo reportando saldo blanco.
En tanto, en el Puerto de Salina Cruz maestros de esa localidad ingresaron a la gasolinera Transoceánica, localizada en la carretera federal 200, y robaron combustible que repartieron entre algunos automovilistas.
Cuando la administración de esa estación cerró las válvulas, los educadores se molestaron y destruyeron algunas máquinas despachadoras y lanzaron las mangueras.
En este caso tampoco la Policía detuvo los actos delictivos.
En el resto de las gasolineras, los maestros de la sección 22 sólo permanecieron en las máquinas despachadores durante más de 5 horas.
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, se leía en algunas de las lonas que colgaron de las bombas.
Después de 5 horas las gasolineras fueron liberadas y aunque algunas reiniciaron operaciones, otras se mantuvieron cerradas ante el temor de nuevos ataques.