La historia de Lagos de Moreno también está caracterizada por leyendas que buscan explicar hechos naturales o sobrenaturales.
Desde hace 3 años, Mario Gómez Mata, director del Archivo Histórico Municipal, inició un trabajo de investigación para recuperar leyendas y comenzar a armar otras relacionadas con la historia de Lagos de Moreno, principalmente con aquellas que tuvieron que ver con los procesos que la Santa Inquisición llevó a cabo en Lagos de Moreno con varios de los fundadores de la ciudad.
La casa de Serafina

Entre éstas se encuentran “La casa de Serafina” (una casa del centro histórico ubicada en la esquina de la antigua calle de las pilastras, hoy Ramón Corona esquina con Licenciado Verdad.
“Serafina, quien crecía en complicidad con la tristeza y el desencanto, joven de linaje claro y antiguo, hija única de don Hermenegildo Gallardo y Portugal, hombre de propiedades conocidas.
Cuando Serafina cumplió dieciocho años, estaba más que nunca aferrada a un asilamiento que se volvía ingénito en su carácter… Por lo que su  Padre decidió que estudiara música
¿Quién podrá enseñarla? Preguntó a la Pilmama
-Don Andrés Fernández, el organista de la parroquia.
-¿Quién? –Repuso don Hermenegildo-. Ya he dicho otras veces que el trato con gente joven no me gusta para Serafina.
-Entonces don Rosendo Iriarte…
-Llámele, me parece bien; dígale que me haga el honor de venir…
“Tiene por lo menos veinte años más que ella- decíase don Hermenegildo para sus adentros-; además estaré presente en sus estudios”…
A regañadientes soportaba Serafina el aprendizaje del solfeo, pero un día ella se acercó al músico… y tomando sus tibias manos, la hizo tocar las primeras frases musicales de una alabanza a María… Ya su padre creía a Serafina curada de la melancolía.
Con el paso del tiempo Serafina y su maestro se enamoraron, un día sin ponerse de acuerdo con ella, don Rosendo quiso pedir su mano a don Hermenegildo, quien sin más lo acometió a bastonazos y aproximándolo a la puerta le repetía exaltado:
-¡Fuera de mi casa bribón! Jamás se te ocurra volver…
Sin el auxilio del padre don Joaquín Villegas, capellán del santuario, nada hubiera afianzado la infortunada pareja. Tenía gran ascendiente en el medio social y dióse a convencer a don Hermenegildo de su equívoca actitud… Arrancó al fin el permiso para el enlace, con la condición de que se efectuase luego…
El matrimonio se efectuó, los recién casados, al pie del altar, se juraron amor eterno y salieron, ligero el corazón como un mes de mayo, a la capital del Potosí…
Al tercer día de permanencia en San Luis, Serafina no quiso levantarse de su cama. Su carácter tornóse sombrío. Era presa de terribles delirios. Con la mirada perdida permanecía horas. En los siguientes días su estado nervioso empeoró.
Ya instalados en Lagos don Rosendo en vano esperó el alivio de su esposa, los médicos dijeron que no atinaban con la cura de su mal, que tal vez estaba “tocada de la cabeza”. Entonces recordó, con toda claridad, que alguien, cuando iba a casarse, le previno de una herencia acumulada den Serafina y de la muerte prematura de la madre, víctima también de un mal oscuro…
Una noche cuando merendaban en la intimidad don Rosendo tiró un vaso de leche sobre la mesa. Su contenido fue a dar al delantal de Serafina. Súbitamente se alteró; Como delirante profería interjecciones soberbias…
Y como si su furia rompiera el último valladar de cordura, se abalanzó hacia don Rosendo. De un fuerte empellón lo echó al suelo con su silla. Luego, tirándolo por el cuello, le hundió sus dedos largos, huesudos en la garganta. Los ojos de Serafina tenían fulgores de exterminio, sus manos fuerza increíble y el pelo desordenado aureolaba su inconsciencia. Nadie gritaba; fue una escena muda, violenta, que nadie contempló a tiempo.
Al oír la carcajada de Serafina algunas vecinas acudieron a la casa. En el comedor, don Rosendo yacía inmóvil, ensangrentadas nariz y boca, y los ojos brillantes y abiertos…
Ella seguía riendo como una chiquilla de pronto, con macabra modulación después; en tanto corría por los patios de la casa, rasgando, haciendo tiras con las uñas, su vestido húmedo de leche…”

La esclava Beatriz de Padilla

Otra basada leyenda es la basada en documentos de la historia sobre Beatriz de Padilla, bruja hermosísima que enamoró con hechizos al sacerdote Diego Ortiz de Saavedra luego de darle una mezcla en chocolate preparada con limadura de sus uñas y las de él, además del polvo de chupamirtos disecados.
Al estar hechizado, el sacerdote hizo dueña a la bruja de todas sus ricas haciendas, era dueña de la Sauceda, de la hacienda de Moya, hasta la de Jalpa de Cánovas que era grandísima, de ser esclava pasó a ser una encumbradísima dama española que siendo esclava era dueña de esclavas y esclavos.
En 1650, inició su proceso ante la Santa Inquisición y antes de ser quemada viva en las cárceles de la plaza de Santo Domingo, estuvo encerrada en las mazmorras de la excárcel real y anterior cárcel municipal de Lagos de Moreno.

Otras leyendas

Gómez Mata refirió que algunas de las 14 leyendas rescatadas se encuentran en Youtube. Entre éstas las de Bartolo prieto, un famoso bandido del siglo decimonónico, una especia de Robin Hood o Chucho el Roto que robaban dinero a lso ricos para repartirlo entre lso pobres; El chan del agua, famosa en el Pueblo de la Laguna que relata la vida de Sebastián de Santiago, personaje que vivió desde 1690, una chamán protector de la Laguna de quien varios de de sus hijos o posibles hijos ilegítimos llevaron su apellido “Chan del Agua”, uno de ellos fue insurgente fusilado en el Jardín de los Constituyentes y sepultado en el atrio del templo de la Laguna.
Otra es la leyenda del Callejón del Ratón de quien su protagonista fue un famoso dulcero o charamusquero; La leyenda basada en un hecho acontecido en 1715, con una mestiza llamada francisca de Orozco que vivía en la otra banda y fue acusada de brujería; la leyenda de la llegada de San Hermión que acabó con la peste, la basada en el depósito del corazón del obispo Fray Antonio Alcalde, del S. XVIII en el convento de las Capuchinas, entre otras.

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