En un aeropuerto, la tanatología podría considerarse como el lugar donde se encuentran los objetos perdidos.
La tanatología es una filosofía de vida, que habla de la muerte para despertar a la vida. Una disciplina de carácter humanista que se completa de las ramas biológicas, sociales y espirituales, es decir, una integración interdisciplinaria para el acompañamiento del enfermo terminal y su familia, ante la inminente pérdida.
Un tanatólogo es un profesional con vocación que ayuda a otros seres humanos a encontrar el sentido de la vida, cuando todo parece irse a la borda o no hay más razón para seguir vivo.
Rosendo Díaz, médico forense, tanatólogo, maestro adjunto de patología y anatomopatología; estudioso de la teología, filosofía, además de temas relacionados con la humanización de la medicina, explicó que alguna vez en nuestra vida todos vivimos o tendremos que vivir en duelo.
“Vivimos un duelo ante la pérdida del trabajo, el hijo que se va a estudiar, cuando rompemos con la pareja o el más común, la pérdida de nuestros padres. Cuando ocurre un hecho como el que pasó en nuestra ciudad, que una muerte conmociona a toda una comunidad, se vive un duelo colectivo”, afirmó.
Hay cuatro etapas dentro del duelo: la primera “el shock”, quedarse mudo por una noticia; “la negación”, no aceptar el hecho de que la tragedia acontece; “ira y rebeldía”, que en el caso de un asesinato es salir a las calles y manifestarse; finalmente llega “el convenio”, donde el que sufre, hace las pases o asimila la situación.
“Con un buen manejo, se puede superar en algunos meses, todo va a depender del estado. En el caso particular de madres que perdieron a sus hijos, el proceso de shock puede llevar hasta dos meses, a partir de ello, es candidata a la atención. Lo importante es que alguna vez en su vida, todos recurramos a un tanatólogo ante cualquier tipo de pérdida”, explicó el especialista.
Las Guerras mundiales, los holocaustos, las crisis económicas, las revueltas sociales, son el detonante para provocar un duelo colectivo, que ubica a los seres humanos en la época del escepticismo, del vacío.
El estudio de la tanatología nace en Estados Unidos en los años 60 y llega a México por medio de estudiosos españoles. En el año 2000 es cuando se desarrolla con más fuerza y existe una atención.
El enfermo terminal y su familia, tienen derecho a ser atendidos durante el proceso, a la información con la persona adecuada, decidir quién lo atiende, recibir ayuda en los cuidados emocionales.
“No es psicoterapia ni autoayuda, tampoco les decimos: ¡tú puedes!, dejamos que la gente sea quién decida el tiempo y proceso para recuperarse de la pérdida, para muchos ese recuerdo es lo único que tienen y no se los vamos a arrebatar. A través de técnicas como la meditación, el desarrollo de una habilidad, es como poco a poco los pacientes o familiares encuentran sentido a sus vidas”, afirmó.
Técnicas como el análisis del árbol genealógico, llegar a la raíz de su pérdida, asimilarla y aprender de ella, además de la técnica Gestalt, son parte de la guía a seguir.
“Cuando alguien vive en conflicto desata mecanismos de defensa que a la larga vienen en detrimento de la propia salud. Las defensas del cuerpo bajan, aumenta el estrés, existe una evasión, desplazamientos tanto psicológicos como físicos (cambiar de domicilio), baja la autoestima. Ante la negación no resuelta se tiene que trabajar en ello”, recomendó.
El proceso de duelo siempre será personal y con ayuda de un profesional puede ser más llevadero.
El tanatólogo lo acompañará con los razonamientos, enfrentar las experiencias dolorosas y darle un re-significado a su vida.
Enfrentar el duelo
Rosendo Díaz atiende este tipo de casos en talleres programados los sábados en ISSSTE de las 8:30 de la mañana a las 5 de la tarde.
Se le puede localizar en el teléfono 295 88 85 y en el correo electrónico [email protected]
Para entender la tanatología
El conocimiento científico de la muerte, sus ritos y significado concebido como disciplina profesional, que integra a la persona como un ser biológico, social y espiritual para vivir en plenitud, es así como se define a la tanatología.
Una definición más concreta es considerarla como “el estudio de la vida que incluye a la muerte”.
La tanatología fue aceptada como ciencia a partir de los años 50’s. Desde su concepción y hasta la actualidad, se ha tratado a la tanatología de manera interdisciplinaria e incluye la evaluación de nuestra relación con la muerte y no tanto a las especulaciones o creencias (religiosas, culturales o de otra índole).
La meta última del tanatólogo es orientar al enfermo hacia la aceptación de su realidad, aceptación que se traduce en esperanza sobre la situación real. Esto incluye una mejor calidad de vida, una muerte digna y en paz.