Como ya es costumbre en esta fecha miles de salmantinos acudieron este primero de de noviembre a los dos principales cementerios del municipio, para adornar las tumbas de sus seres queridos, la mayoría de ellos con nostalgia rezaron una oración por el ausente, y algunos con melancolía acompañados con el acorde de una guitarra entre lágrimas y canciones.
Desde muy temprana hora los panteones de La Cruz y Las Flores, se llenaron de vida, muchas familias limpiaron y pintaron las criptas, otros, solamente llegaron depositaron la ofrenda y se retiraron.
Mujeres, hombres, niños y ancianos limpiaron, adornaron las sepulturas con flores y veladoras encendidas invocaron a sus muertos.
Mientras tanto en la calle Aldama, los gritos de los vendedores se hacían notar hasta el interior del cementerio.
Con ramos desde 10 pesos hasta 300 eran vendidos afuera de los panteones, todo esto para que cada tumba quedara reluciendo en un día tan especial para feestejar a sus muertos.
El fin de cada visitante era pasar estar un rato en el lugar donde descansan sus fieles difuntos, limpiar su tumba y después a disfrutar la convivencia familiar.
La venta de flores fue lenta, “tenemos muchos años vendiendo aquí cempoal, diente de león, crisantemos y margaritas, y la verdad ahora se siente las ventas bien bajas”, dijo una comerciante de flores.

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