La casa de Apoyo a la Mujer tiene un rostro por demás amable y bondadoso. Se trata de Maribel Llamas Andrade quien desde muy niña se encaminaba a través de su vocación hacia el altruismo primero a través de su labor como maestra y con el paso del tiempo por medio de su dedicación por ser pilar de una familia feliz y aparejar ese compromiso con el deseo de servir a los demás.
La fórmula que encontró para combinar ese llamado con su voluntad de servicio le ha valido grandes satisfacciones entre las que se encuentran el haber sido reconocida recientemente con el Premio Estatal a la Mujer “Emma Godoy Lobato” a la Trayectoria de Vida, que recibió por parte del Congreso de Guanajuato.
“Lograr la mejor versión del ser humano a través de la formación que como maestro se pueda dar, es la mayor satisfacción que el ser educadora me ha brindado” comentó María Isabel Llamas Andrade o Maribel, como es conocida entre sus seres queridos.
Ella pertenece a una familia que se formó en los valores y el amor. Sus padres Agliberto y Chabelita le inculcaron junto a sus hermanos Agliberto, Erika y Luis Fernando, la fortaleza, el respeto, la generosidad, el espíritu libre, el pensamiento moderno, la bondad, la creatividad y la audacia, valores que ella ha potencializado con el apoyo de su esposo Alejandro Torres en la formación de su propia familia que complementan sus hijos y su nieto, José Carlos.
“Mi mayor orgullo es que mis propios hijos sean el mejor Pablo que pueda ser, el mejor Marcelo y la mejor Isabelle Torres Llamas que puedan ser. Y ¿cuál es esa versión de ellos?, ¡la que ellos quieran ser!”.
“Venimos a este mundo a ser felices y a hacer felices a los demás y para ser feliz, no se necesita hacerlo todo bien pero si hacerlo todo con amor” Maribel nos regaló esta frase que resume en mucho su filosofía de vida.
La Casa de Apoyo a la Mujer, dirigida por Maribel, ofrece ayuda a mujeres en situación de violencia intrafamiliar, en la que, a través de diversos módulos y a lo largo de 18 meses, se trabaja desde las áreas psicológica y jurídica en busca de la reintegración familiar de cada una de esos núcleos que han sido violentados por las más diversas razones.
Sólo en caso de que la integridad física de la mujer esté en riesgo se le da asilo en la Casa ya que el principal objetivo es el reacomodo de cada hogar, desde el pilar que significa la mujer en la formación de esa familia.
María Isabel trabaja con este grupo desde su fundación y desde hace 10 años lo dirige realizando gestoría y actividades altruistas con la finalidad de que siga siendo una importante opción para las víctimas de violencia por parte de quien debiera ser quien las protegiera, amara y cuidara, su propia pareja.
“Cuando me enteré de que me entregarían la medalla “Emma Godoy Lobato”, investigué un poco más acerca de este personaje de quien a lo mejor sólo conocía parte de su obra como escritora y vi que tenemos una gran similitud. Al igual que ella soy normalista y parte de mi formación la realicé en París. A las dos nos une un enorme amor por aquellos a quienes de una u otra forma hemos podido ayudar a formar y el amor por nuestro país”
Por estas coincidencias se incrementó su gratitud a quienes la eligieron para el galardón así como para Adriana Rodríguez Vizcarra, Directora del Instituto de la Mujer Guanajuatense, que fue quien la nominó.
“Mi agradecimiento no es nada más por que me dieron un premio, sino por la enorme alegría que provocó esto en mi familia”. Ycómo no iban a festejar si ellos mismos son la muestra de lo que la pedagoga y altruista realiza día a día para contribuir a que las cosas estén mejor para todos.
Ser promotora de la participación ciudadana en los asuntos de interés público; generar soluciones en la problemática de la violencia intrafamiliar; mejorar la calidad de vida de las mujeres en situación de violencia; e inspirar a la comunidad por su trascendencia y por su espíritu de lucha, sacrificio y servicio de labor social. fueron las cualidades que quienes otorgan el premio vieron en la galardonada. Quienes la conocen reconocen aún más atributos: sencillez, nobleza, ímpetu y amor por los suyos y su vocación, por citar sólo algunos.
En su enorme modestia ella sólo señaló: “yo no sabría decirte que fue lo que determinó que se me seleccionara a mi, eso tendrías que preguntárselo a quienes me premiaron pero lo que si puedo decirte es que estoy sumamente agradecida por la felicidad que le dieron sobre todo, a mi familia”.