José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, Guerrero, eligió para esconderse una vivienda de difícil acceso en Iztapalapa.
Se localiza en el número 50 de la Calle Cedro de la Colonia Tenorios, en la intrincada zona de minas de aquella demarcación capitalina.
“Familia Berumen Rodríguez”, dice en una placa metálica colocada en la parte superior de la puerta.
El inmueble de tres niveles, pintado de colores rosa y lila, tiene un zaguán de aluminio y dos protecciones metálicas que fueron tapadas con tablas de madera.
Los vidrios de la puerta principal -que da a la calle- también fueron cubiertos con papeles, de manera que no es posible, desde el exterior, observar lo que sucede adentro.
En la planta baja hay un garage, espacio donde ayer se observaba una manguera verde y una escalera de aluminio sobre loseta blanca.
La puerta de acceso a la estancia principal estaba entreabierta. Los ventanales, todos, fueron cubiertos con mantas, bolsas de plástico negras y papel aluminio.
En las habitaciones, las autoridades hallaron varias mesas, sobre las cuales había vasos recién usados y sobras de alimentos. También una repisa de madera con enseres domésticos.
En uno de los baños había toallas y prendas colgadas.
De acuerdo con algunos vecinos, hasta hace alrededor de un mes la casa fue ocupada por trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que la rentaban a la familia Berumen.
Cuando los electricistas la desocuparon, los propietarios sacaron los muebles y cubrieron la fachada.
“La casa en que se encontraron daba la impresión de estar abandonada”, señaló ayer el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
Hace varios días, vecinos observaron que una mujer -al parecer Noemí Berumen Rodríguez, quien también fue detenida ayer- entró a la vivienda en una camioneta blanca o beige.

‘Cerraron el portón y se fueron’

Alrededor de las 2:15 de la madrugada de ayer martes, elementos de élite de la Policía Federal (PF) llegaron a la calle Cedro, en lo alto de un cerro de Tenorios, una colonia popular con altos índices delictivos.
Unos se apostaron en la calle para vigilar el perímetro, mientras otros cortaron el cable del interfono y sacaron un ariete para forzar el zaguán y entrar a la vivienda.
“Llegaron muchos carros y patrullas, se escuchó mucho movimiento de gente. Ya después se oyó cómo estaban abriendo la puerta, pero muy pocos vecinos salimos a ver.
“Después hubo gritos y otra vez mucho movimiento, jamás nos imaginamos que ahí estaba ese señor (José Luis Abarca)”, comentó una vecina.
En el interior se encontraban el ex alcalde de Iguala y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, quienes no opusieron resistencia.
En el operativo de la PF, que duró menos de media hora, no hubo un solo disparo.
“Todo fue como en 20 minutos, fue muy rápido, cerraron el portón y se fueron. Nosotros nos enteramos de lo que pasó hasta que vimos las noticias”, agregó otra vecina.
La vivienda, en la que incluso quedaron focos prendidos tras el dispositivo, no fue asegurada por ninguna autoridad. Tampoco se colocaron sellos ni se dejó vigilancia.

Indagansu red financiera

El ex edil de Iguala José Luis Abarca sólo era un peón tratando de llegar a ser alfil, por ello lo que se debe investigar es el financiamiento que recibió, planteó el investigador Edgardo Buscaglia.

“Lo que haría cualquier Estado serio es mapear el financiamiento de las campañas de Abarca y de los diputados federales que hoy están en el Congreso para determinar quién le dio dinero a quién en los últimos 25 años”, dijo.
Con ello, expuso, se podría identificar y atacar a los más relevantes integrantes de la red, aunque adelantó que eso no va a suceder debido al pacto de impunidad que existe entre los legisladores.
“Sería un mapa interesante sobre los cinco o seis que están ahora en el Congreso y que ya andaban promocionando su campaña para el año que viene”, añadió sin mencionar nombres.
Durante la presentación del libro “Historias de polvo y sangre; génesis y evolución del tráfico en Tamaulipas”, del investigador Carlos Flores, Buscaglia sugirió indagar a quienes evitaron la detención inmediata de Abarca.
“Hay gente específica en la PGR que bloqueó la detención”, acusó.
En tanto, el periodista francés Jean François Boyer pidió ampliar la pesquisa sobre el papel que han jugado las familias políticas guerrerenses, pues la captura de Abarca por sí sola no servirá de mucho.
“Lo que tiene que hacer es tratar de ver en la historia de Guerrero cuál ha sido la actividad de las grandes familias (como) los Aguirre, los Ruiz Massieu-Salinas y los militares.
“No tenemos que conformarnos con pequeñas respuestas inmediatas”, expresó.
El investigador Carlos Flores comentó que la continuidad de esos cacicazgos viene desde la “guerra sucia” de los años 60’s y 70’s en Guerrero.

Era callada la tercera detenida

Noemí Berumen Rodríguez, hija de Salvador Berumen Jaramillo, dueño de una empresa de grúas, ayudó a esconderse al ex edil de Iguala, José Luis Abarca, y a su esposa María de los Ángeles Pineda, según la PGR.

Egresada de la Universidad Anáhuac, de Diseño Gráfico, trabajaba como gerente de ventas y mercadotecnia en la empresa de su padre, en Ermita Iztapalapa 3496, colonia Santa María Aztahuacán.
Desde hace un año, señalaron los vecinos, Noemí comenzó a vivir en el número 27 de la calle Jalisco, colonia Santa María Aztahuacán, a 25 metros de la casa de sus padres.
Se trata de una construcción deteriorada, que según los testimonios recabados, los padres de Noemí compraron hace tres años.
En ese inmueble fue donde un grupo de 20 agentes de la Policía Federal y la PGR irrumpieron la madrugada de ayer para detener a Berumen Rodríguez, luego de que minutos antes capturaran a Abarca y su esposa a unos kilómetros de este sitio, en una casa que también pertenece a la familia de Noemí.
La casa que era habitada por la joven es una construcción de dos plantas, sin aplanados.
En el primer piso había una decena de perros french poodle, los preferidos de Noemí.
Hace alrededor de un mes, dijeron vecinos, colocó una manta afuera del inmueble ya que una de sus mascotas se extravió, ofreciendo una recompensa a quien la entregara.
La joven, indicaron los entrevistados, usaba un auto compacto color gris y por las mañanas salía a trabajar, entre otros sitios, al salón de fiestas “El Faraón”, propiedad de su familia, ubicado a tres cuadras.
En ese salón de fiestas suele presentarse Gabriela Berumen Rodríguez, quien interpreta canciones rancheras y en abril pasado sacó su primera producción discográfica, llamada “Por tu bien o por tu mal”.
De acuerdo con testimonios recabados, Noemí regresaba por las tardes alrededor de las 6 y metía su vehículo a la casa de sus padres, construcción que contrasta con las viviendas de la zona por sus acabados de lujo.
A menudo, señalaron los vecinos, salía a pasear a sus perros, y la única visita que recibía era la de su novio, cuyo nombre no supieron precisar.
Luego de que se dio a conocer la noticia de su captura y su implicación con Abarca, los vecinos se dijeron sorprendidos, pues les parecía una chica muy seria.
En los últimos días, indicaron, la joven acentuó su distancia, pues ya ni siquiera los saludaba.
“Era una joven muy callada, no hablaba mucho con la gente, platiqué con ella sólo dos veces desde que llegó”, contó una vecina.

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