Pueblo orgulloso de su cultura
El nombre Colima es traducido por algunos historiadores como “Lugar donde dominan los ancestros” y por otros como “Lugar conquistado por nuestros abuelos”. Por otra parte, el escudo del estado tiene la leyenda: “Pueblo orgulloso de su estirpe”.
Lo anterior se plasma en cinco museos de arqueología (tres en Colima, uno en Manzanillo y otro más en Comala) que resguardan y exhiben piezas de gran valor histórico y estético, como lo son las famosas figuras de perritos del Museo de las Culturas de Occidente María Ahumada de Gómez, que son emblemáticas de Colima, así como representaciones de guerreros y la pieza llamada “El Adolescente”, de fina manufactura.
El museo se une a otros edificios que dan testimonio del interés prioritario que los colimenses han dado a la cultura, como el Teatro Hidalgo, la red de quioscos que aparecen por todo el estado, teatros al aire libre y la magnífica Casa de Cultura de Colima, con su cine-teatro e instalaciones de gran funcionalidad.
Recuerdos del Galeón de Manila
A partir del siglo 16, México se convirtió en un puente que comunicaba a tres continentes: Asia, América y Europa. Cada travesía era una odisea amenazada por las tormentas y el escorbuto, enfermedad de los marinos que encontraba remedio en los jugosos limones colimenses, ricos en vitamina C.
Colima recibió, a través de la nao, el coco y el arroz para cultivar en sus campos, además del mango y hasta los famosos mantones de Manila, pero además una singular bebida: la tuba.
La tuba proviene de la palma de coco, equivocadamente yo creía que se trataba de jugo fermentado del fruto, pero me he enterado que los filipinos enseñaron a los colimenses a aprovechar la gran espiga en flor de la palma, que asemeja un enorme elote, justo cuando está a punto de abrir. El cortador sube a la palma hembra y baja la espiga, a la que hace un corte en la punta para que mane su rico jugo, cuidadosa operación para evitar derrames e insectos.
Los colimenses aprecian la tuba de la mañana que es vendida por hombres vestidos de blanco que la llevan en un gran bule al que llaman balsa. La tuba de la mañana es la “pura”, la de la tarde es la “compuesta” a la que agregan cacahuate, manzana, pepino, etcétera; ambas ideales -por su frescura- para el calor de Colima.
Una hacienda revitalizada
Apenas a 6 kilómetros de Colima está el Pueblo Mágico de Comala, que honra perfectamente dicha denominación, y donde en 1704 se fundó la Hacienda de Nogueras para la producción de azúcar. Después de una larga vida productiva pertenece ahora a la Universidad de Colima que la ha revitalizado como Centro de Estudio, Parque Ecológico y Museo Universitario Alejandro Rangel Hidalgo.
Además de su importante museo con piezas arqueológicas y cuadros del maestro colimense Alejandro Rangel, autor de la serie de ángeles utilizada mundialmente por la UNICEF como tarjetas postales, la hacienda es muy visitada por sus eventos y para conocer la magnífica remodelación realizada por el arquitecto Gonzalo Villa Chávez que le dio nueva vida.
Los pasillos de la hacienda, su patio, su magnífico comedor y sus aulas mueven a la admiración, al igual que su gran salón con arcos y porrones de barro que recuerdan su origen azucarero.
Pasión por la danza
En Colima hay pasión por la danza, se dice que la famosa pareja de perritos colimotes prehispánicos están bailando, antecedente de danzas regionales de los diferentes pueblos del estado, como la de “Apaches”, de “Morenos” y de “Conquista”.
Anualmente se lleva a cabo el Festival Colima de Danza y son frecuentes las presentaciones de sus reconocidas y laureadas compañías de danza folclórica, como las de la Universidad de Colima, la de la Secretaría de Cultura y la de Villa de Álvarez. Además de las compañías de danza contemporánea como Ángulo Móvil, el Grupo Ensamble y Univerdanza.
Tuve la suerte de ver en el Teatro Hidalgo al Ballet Folclórico Infantil “Los Niños de Colima” que sorprende por su disciplina y alegría, fruto de las enseñanzas del reconocido maestro Rafael Zamarripa.
Qué maravilla ver, cómo los pequeños admiran y tratan de emular al polifacético artista que se formó en diferentes países y ha destacado como pintor, diseñador, escultor, bailarín, ceramista y escenógrafo.