La crisis más grave en 25 años

Los más de tres años de construcción del distribuidor vial en bulevar López Mateos y 2 de Abril han generado la crisis más grave que han vivido los comerciantes de la zona.
Al menos así lo describe el comerciante Isidro Tello. “Durante la construcción del puente, ha sido la peor crisis que hemos pasado en 25 años de trabajo”.
Tras la larga espera, mañana el paso deprimido del distribuidor será abierto, pero las perdidas económicas que han tenido numerosos comerciantes de la zona obligaron a cerrar a más de cinco establecimientos, según los testimonios de varios comerciantes.
“Hasta un 50% han bajado las ventas durante los últimos tres años, pero la verdad es que ya estamos cansados porque no nos hacen caso”, manifestó Alejandra Pesquera, dueña del negocio de carburadores “La Güera” quien también insistió que de nada han servido las juntas para exigir una solución, pues varios locales se han reunido para exigir un cambio, pero la respuesta nunca llega.
Añadió que la problemática se acentuaba los sábados cuando el tianguis se colocaba sobre la calle de prolongación 2 de Abril, por donde tenían que circular los vehículos para cruzar López Mateos de oriente a poniente.
“Cuando hay tianguis, cierran la única calle que ayuda a que circulen los carros en esta zona”, agregó.
Mientras tanto Raúl Jiménez, gerente del Hotel RJ dijo que sería un error que recayera toda la responsabilidad en la actual administración municipal.
“La empresa constructora Vise ha realizado un trabajo a marchas forzadas, tratando de enmendar errores de la constructora pasada”.
Recalcó que desde el mandato de Rubí Laura López Silva las bases del proyecto no estaban bien cimentadas.
También acusó que el número de huéspedes disminuyó.
“Nos ha afectado como un 35 por ciento” 
Pero no sólo una depresión de ingresos ha afectado a los locales, sino también un incremento de inseguridad.
“Antes había mucho tránsito en las noches, pero ahora todo está solo, porque en la noche se brincan de la colonia de atrás”, señaló Mercedes Pérez, trabajadora del hotel.
Los comerciantes de la zona se mostraron esperanzados a que una vez concluida la obra, las ventas mejoren, sin embargo a unas horas de la apertura del desnivel, su escepticismo sigue vivo, después de meses de falsas promesas.