El impuesto a bebidas azucaradas empobreció más a los hogares de menor ingreso, mantuvo la obesidad sin control y ocasionó el cierre de 5 mil empleos, según un estudio de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac).
De acuerdo con el documento, los hogares pobres aportaron 37.5% de la recaudación total del Impuesto Especial a Producción y Servicios (IESP) que se aplica por primera vez este año, y los más ricos, sólo el 17%.
Para las familias pobres el gravamen provocó un incremento de su gasto en refrescos de 10.6%, y en las ricas. de 6.2%.
“Los efectos del impuesto a los refrescos no corresponden a las expectativas, ha sido sobrevalorado como solución al problema de la obesidad”, señala.
Tan no se desincentivo el consumo de bebidas, que la recaudación superó ya ampliamente los 12 mil 455 millones de pesos previstos en la Ley de Ingresos de la Federación para todo el año.
De acuerdo con el Informe Mensual más reciente de la Secretaría de Hacienda, hasta octubre se obtuvieron 14 mil 956 millones de pesos por este IEPS, y todavía falta contabilizar el último bimestre del año, donde siempre se elevan las ventas.
El IEPS, concluye, no hizo más sanos los hábitos de consumo, sólo propició el reacomodo de decisiones de gasto.

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