Bajo el cielo nublado y la amenaza de una lluvia, con los ojos llorosos por la emoción de ir acompañada de su padre, Paulina Viridiana Gámez, de 18 años, recorre la terracería en Lagos de Moreno, con la esperanza de llegar hasta la Basílica de San Juan de los Lagos.
La joven prometió ofrecerle a la Virgen de San Juan, también conocida como Cihualpilli, la manda de ir a visitarla si le ayudaba a salir bien de su escuela y sin ningún problema.
“Le prometí a la Virgen que si salía bien de la escuela, sin ningún problema iba a venir”, explicó Paulina, con su voz entrecortada y haciendo pausas para tomar aire, pues viene desde Celaya caminando.
“Me motiva que mi padre esté conmigo y le agradezco por no dejarme sola y por no dejarme caer”, recalcó la joven estudiante, que en ese momento sus ojos se le humedecieron por la compañía y aliento de su padre.
Su cansancio se podía notar en lo lento y bajo de su voz, aunque con paso firme, caminando a su morada.
La familia de Paulina, originaria de Celaya, Guanajuato, acostumbra hacer mandas cada año a San Juan, por lo que la siempre está dispuesta a acompañar las intenciones de los miembros.
Sin embargo, esta es la primera vez que la joven tiene una motivación y una promesa personal para viajar hasta la Basílica.
José Luis Gámez va a unos pasos atrás de su hija, tratando de seguirle el paso.
“Nos mueve la fe de la Virgen por los milagros que nos ha hecho”, dijo el padre, quien en lugar de mirar hacia el camino que debe tomar, ve a su hija, cuidando que no caiga, no tropiece y siga adelante.
“Yo ahorita no traigo manda, la que trae manda es mi hija. Vine a acompañarla y a apoyarla”, añadió con voz paternal, en tono bajo y haciendo respiros apresurados.
“Es su primera vez peregrinando con una manda”, señaló.
A pesar de llevar tenis, Paulina y su padre ya tienen ampollas, por lo que su paso es lento y duro, tratando de evitar pisar piedras para no causar más molestias.
“Cada año vengo con mi familia, con mis tíos, mi mamá, mi papá, y fue el año pasado cuando prometí a la virgen venir si me ayudaba con mis calificaciones”, dijo la joven reteniendo su llanto, pues cada vez se acercan más al recinto sagrado.

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