Rafael Nadal había dicho que su condición física no aguantaría el desgaste de las dos semanas de un torneo de Grand Slam. Como mucho esperaba ganar uno o dos partidos, y cualquier triunfo adicional sería considerado como un regalo.
Tomas Berdych confirmó que las palabras del español no eran un cuento.
Nadal, quien jugó apenas ocho partidos desde junio del año pasado por lesión y enfermedad antes de llegar a Melbourne Park, cayó 6-2, 6-0, 7-6 (5) ante Berdych en los cuartos de final. El checo frenó una racha de 17 derrotas ante el español.
“Es obvio que necesitaba algo más para ser más competitivo”, dijo Nadal, quien estuvo inactivo buena parte del año pasado por una lesión de muñeca y una operación de apéndice.
Después de su victoria, a Berdych le recordaron una frase del difunto Vitas Gerulaitis después de vencer a Jimmy Connors por primera vez en 16 enfrentamientos —”nadie vence a Vitas Gerulaitis 17 veces corridas”.
¿Nadie, ni siquiera Nadal, puede ganar a Berdych 18 veces al hilo? “Ya había escuchado eso”, respondió sonriente.
Berdych enfrentará al sexto preclasificado Andy Murray, quien despachó 6-3, 7-6 /5), 6-3 al australiano Nick Kyrgios. El local remontó una desventaja de dos sets y levantó un punto de partido el domingo en la cuarta ronda ante Andreas Seppi, el italiano que eliminó a Roger Federer en la tercera ronda.
“Fue un partido complicado”, comentó Murray. “Traté de comenzar lo mejor posible porque se lo peligroso que es Nick. Le pega muy fuerte a la pelota, así que traté de mantenerlo fuera de su zona preferida lo más posible. Afortunadamente funcionó”.

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