Entretienen a chicos y grandes
Son generadores de diversión, adrenalina y para muchos son los reveladores de su temor a las alturas, hablamos de los juegos mecánicos, una industria con una amplia historia en México que pocos conocemos.
Existen empresas que desde los años 20´s se han dedicado a brindar entretenimiento en las ferias más importantes del País, hoy muchas de ellas se han diversificado a parques temáticos.
Según datos arrojados por el Inegi, existen cerca de 79 unidades económicas especializadas en los juegos mecánicos en la República Mexicana, de los cuales 5 se encuentran en el estado de Guanajuato.
Entre las empresas dedicadas a la renta y fabricación de juegos mecánicos en México están: Juegos Mecánicos y Atracciones Díaz, Atracciones Fiesta Carnaval, Diversiones Morales López. Pero existen un par de referentes en el sector y ellos son Grupo García y Atracciones Carlón.
En entrevista, Roberto García y Marco Carlón, representantes de estas empresas, comparten el mundo que existe detrás de las miles de sonrisas y emociones que han generado durante más de 80 años.
Grupo García es una empresa familiar de juegos mecánicos nacida en Aguascalientes en el año de en 1931.
Roberto García es la tercera generación de la empresa, su abuelo José García empezó con la tradición y guio a la consolidación de una de las empresas de entretenimiento más grandes de México.
“Empezó en la Feria de San Marcos, con una rueda de la fortuna que obtuvo como pago de una deuda”.
La empresa actualmente compra, fábrica y personaliza los juegos mecánicos, cuentan con la capacidad de organizar ferias, presentar shows y espectáculos, además tienen otros servicios como son seguridad, carpas, stands e iluminación.
A lo largo de 84 años han trabajado desde Tijuana hasta Yucatán, y tiene presencia en las ferias más importantes de la república, como las de León, Colima, Querétaro, Zacatecas, San Luis Potosí y la Feria de San Marcos.
También cuentan con una fundación llamada Hermanos García, dedicada a apoyar a las familias de los colaboradores de la empresa como una labor social, para otorgarles atención médica, educación y actividades recreativas.
“Cuando las personas ven a nuestros trabajadores piensan que son temporales, y la verdad es que esos empleados están todo el año con la empresa, existan ferias o no, por lo que buscamos darles la mejor vida posible”.
La vida en una feria es muy cansada, afirma Roberto García, pues no generan pertenencia a un lugar, sino a la empresa, son jornadas intensas que requieren de pasión y disponibilidad por parte de los trabajadores.
“No es fácil este tipo de vida. Existe gente que ha estado con nosotros hasta 40 años en la empresa, y hay gente que sólo dura 2 semanas”.
Comparte que la empresa familiar mexicana es muy diferente a las americanas, pues en las americanas se les dan jornadas de hasta 7 meses al trabajador, sin la posibilidad de ver a su familia, mientras que en Grupo García la familia viaja junto con el trabajador.
“A los familiares también se les da trabajo, ya sea vendiendo boletos en taquilla o atendiendo puntos de venta, mientras que a los niños se les da educación hasta la secundaria, en campers instalados entre los propios juegos”.
En Atracciones García el 80% de sus atracciones son europeas, procedentes de Alemania, Francia e Italia, e incluso cuentan con un juego español, comprado en Sevilla, llamado Toros Locos.
Desde el año 2000, la empresa se inició en la fabricación de juegos y hasta el momento cuentan con once creaciones propias, entre ellas el Ala Delta (sillas voladoras), el Carrusel Gigante y el juego infantil Cars.
Como anécdota Roberto García cuenta que el Carrusel gigante es un homenaje a su abuela, “ella era la que cuidaba y cobraba en el carrusel cuando mi abuelo empezó, cada caballo está hecho a mano, con pintura al óleo, y fácilmente puede ganarle a cualquier carrusel de Estados Unidos”.
Sobre el potencial que registra México en la fabricación de juegos, el empresario opina que el País puede estar a la par con otros países como Francia o Alemania, pero se requiere de más financiamiento y apoyo gubernamental para ser una potencia.
La última adquisición de Atracciones García es de una inversión mayor a 2 millones de euros y corresponde al King Tower.
Producen adrenalina, emoción y diversión
A principios de los años 30´s Juan Carlón comenzó a participar en las fiestas patronales de Hidalgo con una pequeña galería de tiro de rifles, tiro al blanco y un juego infantil de carritos que se empujaban a mano, años después su hijo continuó el negocio de su padre mudándose a Puebla con más de cinco juegos.
Diez años después con un par de decenas de juegos mecánicos llegó a la Ciudad de México, y en el año de 1957 logró salir de gira por algunos estados de la república. Hoy en día lleva sus atracciones a once entidades y veinticuatro ciudades.
Visitan los estados de Guerrero, Tamaulipas, Querétaro, Coahuila, Durango, Veracruz, Jalisco, Michoacán y Guanajuato. Y sus destinos incluyen Acapulco, Saltillo, Iguala, León, Morelia, Guadalajara, Nuevo Laredo y Zihuatanejo.
Hoy suman 85 años ininterrumpidos trabajando en el medio, operando parques móviles de diversión. En Guanajuato, Grupo Carlón tiene 13 años de asistir a la Feria de León.
La tercera generación de la familia tiene la misión de seguir consolidando a la empresa. A la cabeza se encuentra Marco Antonio Carlón. Él sabe que el negocio representa la vida de su familia y comprara su ritmo de vida con la del circo.
“Somos itinerantes, pero aunque ambos nos dedicamos a la diversión, la dinámica es diferente, nosotros estamos trabajando todo el tiempo, la forma de trabajo es más intensa y de todo el día”, asegura.
Cada que asisten a un lugar llegan en ocasiones hasta con veinte días de anticipación, según el tamaño de la feria y la cantidad de juegos que se van a armar; esto para realizar pruebas y tomar medidas de seguridad en conjunto con Protección Civil y las autoridades correspondientes.
Cuando termina un evento tardan alrededor de diez días en retirarse, y posteriormente se trasladan a su siguiente destino.
Para Marco Antonio hay empresas en México que pueden considerarse competencia directa, entre ellas Atracciones García y Chavero, pero los grandes parques de diversiones no afectan su negocio, “al contrario es más fácil que les vaya bien a las ferias móviles que a los parques fijos”.
A través de los años la familia Carlón ha presenciado cómo su público ha cambiado, ahora alrededor del 60% de sus consumidores son jóvenes y adultos que gustan de juegos extremos.
Carlón tiene juegos adquiridos en Estados Unidos, Alemania, Francia, España y algunos en México, estos últimos por lo general son juegos infantiles.
Entre las atracciones que más demanda tienen están: la Torre de Caída Libre de la compañía italiana Far Fabri, los Troncos al Agua y el Ratón Loco de la francesa Reverchon, la Montaña Rusa de Pinfar y el Saltamontes de la empresa Sartori Rides.
En México únicamente se hacen juegos infantiles pequeños y algunos medianos, como carruseles, pistas de autos chocones y algunas ruedas de la fortuna.
“Hay algunos constructores que son de muy buena calidad y puedan estar al 70 u 80% de la calidad europea, es cuestión de que sigan avanzando. Están en toda la República pero sobre todo en el Estado de México y en el D.F”, comenta.
Para adquirir sus juegos, Atracciones Carlon está asociada a la International Association of Amusement Parks and Attractions (IAAPA), la asociación más grande del mundo de parques de diversión, permitiéndoles asistir a convenciones internacionales y ferias de exhibición.
Si un juego les convence negocian la compra, dan un anticipo y terminan de pagar en la entrega. Dependiendo de la magnitud del juego es el tiempo de fabricación, puede ser de tres meses a un año.
Además hacen pruebas de seguridad, construyen cualquier juego bajo normas certificadas de seguridad que controlan que esté bien construido, calculado y con el material adecuado.
Carlón indica que los precios son muy variables “han subido los precios con la devaluación del peso, nosotros ganamos en pesos mexicanos pero donde compramos se paga en euros y dólares”.
