Por lo menos 12 civiles murieron el viernes por fuego de artillería en la ciudad ucraniana Donetsk, informó la alcaldía de la ciudad en poder de los separatistas pro rusos, mientras se intensificaba la lucha que estos libran contra el gobierno ucraniano.
Cinco personas murieron mientras aguardaban asistencia frente a un centro comunitario y otras dos cayeron en el mismo vecindario abatidas por un impacto de mortero cerca de una parada de autobús.
Cuando un periodista de The Associated Press llegó al centro comunitario, los cadáveres ya habían sido retirados. En el lugar se veían árboles derribados presuntamente por un proyectil.
Otras cinco personas murieron el viernes por fuego esporádico de artillería en el oeste de Donetsk.
La lucha entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno se reanudó este mes después de un período de tranquilidad relativa. Las hostilidades parecen centrarse ahora en torno de Debaltseve, un centro ferroviario que podría establecer un vínculo crucial entre los rebeldes en Donetsk y en Luhansk al norte.
Aunque siguen los combates en el este de Ucrania, todavía se mantienen las esperanzas de revivir un proceso de paz que se ha visto alterado constantemente.
Dos representantes rebeldes viajaron a Minsk el viernes para participar en conversaciones de paz, pero regresaron al este de Ucrania unas horas después cuando el representante del gobierno ucraniano no se presentó.
Denis Pushilin, representante de los rebeldes en Donetsk, insistió en que la ofensiva rebelde se propone proteger a los civiles del fuego de artillería del gobierno y dijo que seguirían a menos que Kiev deje de cañonearlos.
“La situación ha empeorado y nos obliga a pasar a la ofensiva”, dijo Pushilin a la prensa en Minsk. “Es inevitable que haya nuevas víctimas, me temo”.
Pushilin dijo que estarán preparados para reanudar el cese de fuego que fue convenido en septiembre y retirar las armas pesadas, siempre que la línea de demarcación tenga en cuenta el reciente avance rebelde.