En su carrera como técnico, León siempre guardará un lugar muy especial para Sergio Bueno, y aunque siempre será profesional en su trabajo… no negó que la casaca esmeralda la trae siempre puesta.
“Haber dirigido a este equipo tiene mucho valor para mí como entrenador, porque terminé siendo un hincha de León, aún reconociendo que uno es profesional y que defiendes al equipo donde trabajas, pero ya con tantos años, hay equipos que son más especiales y León es uno de ellos”, aseguró el exdomador, quien disfrutó como pocos el regreso de La Fiera al Máximo Circuito.
¿Qué recuerdos guarda de su paso como técnico de León?
“Dirigí a un gran equipo, con una gran afición, que fuimos capaces todos, como grupo, de entusiasmar a la afición en aquel tiempo. Recuerdo cuando llegué, este equipo estaba algo desangelado, se había creado una barrera entre la gente y el equipo por los sinsabores que se habían presentado y porque el equipo estaba envuelto en muchos conflictos extracancha.
Me fui con cierta frustración, cierta amargura por no haber logrado el ascenso pero luchamos y siento que volvimos a entusiasmar a esta plaza”.
¿Qué fue lo más difícil en León: superar todo lo adverso o entusiasmar a la afición de nuevo?
“Creo que va junto con pegado, si no eras capaz de superar todas las condiciones no ibas a conseguir el cariño de la afición. Hubo una propuesta muy marcada con el plantel, me acuerdo del primer día que abordé al equipo, creo que había un adeudo de tres meses y medio de sueldo, y les hice ver que la única manera de revertir la situación era llenar el estadio.
Les dije: ‘¿queremos cobrar a tiempo?, tenemos que centrarnos en prepararnos para tener un equipo competitivo’.
¿Qué le faltó a ese León para regresar a la Primera División?
“Teníamos un gran equipo, que funcionaba muy bien, pero creo que faltó haber mejorado un poco más la calidad del equipo. Pecamos de confiados, de que como un torneo habíamos sido líderes y habíamos roto récords, nos podíamos mantener igual; aunque yo peleaba por traer aunque fuera un par de jugadores que nos dieran ese plus, esos que aunque juegues mal un partido, te pueden resolver un momento complicado.
Un torneo antes hubo grandes desmanes, todo eso era una losa en el momento clave, que un jugador controle todo eso no es sencillo, por eso peleaba yo la posibilidad de traer refuerzos para poder potenciar ese buen desempeño que teníamos”.
¿Cuál fue su sentir al saber que León había regresado a la Primera?
“Me dio una gran alegría, mucho gusto por los jugadores y el cuerpo técnico porque lograron algo que yo hubiera anhelado. Me dio una gran envidia, no de coraje, sino de decir ‘Caray, yo pude haber estado ahí, pero qué bueno que ellos lo pudieron lograr’, sobre todo por tantos años de espera, de no lograr el objetivo, de que la gente siempre ha sentido que tiene una ciudad, una afición, un estadio, un historial tan rico que no podían estar en Liga de Ascenso.
¿Le gustaría volver a esta plaza?
R: “Por todo lo que pasé, sería espectacular. No es un tema de que quiera yo abrir puertas o de estar mandando señales, no; pero por la plaza que es, el equipo, que viví tan cobijado, sería muy relevante que se pudiera dar… ¿cuándo?, no lo sabemos. Yo estoy contento en el equipo que dirijo, parece que no pero me ha tocado también vivir cosas arrancando de cero con Jaguares, que si nos remontamos año y medio atrás hay un abismo entre lo que éramos a lo que somos ahora, es un equipo que está en crecimiento, en franco desarrollo”.
Le sienta bien el verde entonces…
“(Risas) Ahí nos vamos, León es verde y Jaguares también, es un color agradable, y lo que son las coincidencias, yo jugué en un club en Colima que se llamaba El Tenería y el uniforme era verde también… no me es desconocido porque desde mi niñez estuve vistiendo estos colores”.