Pedro Juan Rocha, de 14 años de edad, salió a comprar una hamburguesa para cenar. Después de pagar se dirigió a su casa, pero ya no llegó. Dos hombres que viajaban en una moto lo interceptaron y uno de ellos le disparó dos balazos.
El adolescente cayó muerto en la esquina de las calles Madre Tierra y Valle de Cureño, en la colonia Valle de San José, en León.
Este crimen ocurrió hace justo un año. La investigación fue canalizada a la Unidad Especializada de Adolescentes porque uno de los presuntos homicidas fue un menor también de 14 años de edad, integrante de la pandilla ‘TG’.
“Me quieren quebrar y no sé por qué”, le confesó Pedro Juan a su mamá dos semanas antes de su muerte. Le contó que lo había amenazado un pandillero a quien apodaban “El Fierritos”.
Casos como el de Pedro Juan se han multiplicado en los últimos años en el estado de Guanajuato.
De acuerdo con el Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal, elaborado por el INEGI, Guanajuato es el tercer estado con más adolescentes procesados por homicidio, con un total de 58.
Sólo lo superan Chihuahua con 90 menores homicidas y Sonora con 78.
Incluso, Guanajuato está por encima de estados muy violentos, como Tamaulipas, en donde el INEGI reportó 41 adolescentes procesados por homicidio.
En Michoacán -otro estado muy violento- sólo hay el reporte de 10 menores homicidas.
Los apresan

No todos los menores implicados en asesinatos van a dar al Centro de Readaptación para Adolescentes ubicado en León. Algunos logran huir y otros salen libres por falta de pruebas.
Bases de datos del INEGI reportan que Guanajuato ocupa el lugar 23 en número de menores internados por distintos delitos, con un registro de 85.
Sin embargo, es el quinto estado con más adolescentes recluidos por homicidio, con 28 casos.
La lista la encabeza el Distrito Federal, con 78 casos de menores homicidas presos; le siguen en orden Jalisco, Chihuahua y Chiapas.
Según los registros del INEGI, el 61% de los adolescentes internados en Guanajuato estaban cursando el bachillerato cuando cometieron el delito.
El 21% tiene nivel de educación secundaria.
Ocho años, pena máxima

Entre los menores internos en Guanajuato hay dos que cumplen condenas de ocho años por matar a sus propios familiares.
Un custodio del Centro para Adolescentes mencionó el caso de una menor de 16 años de edad, que mató a su mamá porque sentía que no le daba libertad. Para ello la apuñaló varias veces.
En contraste con la saña con que cometió el crimen, la menor tenía un buen comportamiento dentro del tutelar e incluso creó lazos amistosos con otras reclusas, recordó el custodio.
Mientras que un joven de 15 años asesinó a su abuela, estrangulándola con ayuda de un par de compañeros de la escuela.
El motivo del asesinato fue porque la abuela se negaba a darle dinero para gastar.
En el caso de este menor, tenía problemas de adicción y su comportamiento dentro del tutelar era agresivo.
“Es uno de esos casos que cuando salga va a volver a delinquir”, consideró el custodio.
Estos dos jóvenes purgan condenas de ocho años, pena máxima que se aplica a los menores asesinos.
Víctimas de la violencia

Los adolescentes involucrados en homicidios viven por lo regular en un entorno de violencia, aseguró la antropóloga social Margarita López Mondragón.
“Se llegan a minar tanto los criterios del ser humano, que ya no sienten sorpresa ante un acto violento”.
Dijo que para saber las causas que lleva a los adolescentes a cometer un delito, se debe conocer su historia personal, académica y el entorno de violencia al que fue sometido el menor.
“Hay muchas variantes detrás de un joven que delinque”, explicó. “El delincuente es un producto de esta sociedad, la válvula de escape de todo lo que estamos haciendo o no en la sociedad”.
También se debe analizar el entorno familiar.
“La crianza se da en la familia independientemente de cómo esté compuesta, de ahí se obtienen los valores, desde el hogar se genera el abandono, el amor, la fortaleza de espíritu”.
La cuestión intelectual, explicó López Mondragón, no tiene nada que ver con los valores y la ética de una persona.
“No es un asunto sencillo, y el trabajo no pertenece a una sola persona, como sociedad nos estamos deshumanizando”, dijo la especialista.
“Cuando un hecho como este sucede (homicidio, violación de un menor) es la conclusión de lo que hemos hecho como sociedad e instituciones”.
Lamentó que la violencia se haya vuelto algo común, lo cual puede influir en que un adolescente cometa un homicidio.
La pobreza también es un factor que da origen al problema.
Cumple mayoríade edad en prisión

El pasado 8 de enero, Juan Antonio Gaviño cumplió la mayoría de edad dentro del tutelar de menores, en donde permanece recluido desde hace ocho meses, acusado del asesinato de un adolescente de 15 años.
Al terminar la educación secundaria, Juan Antonio se dedicó a trabajar en un taller de motocicletas en la colonia 10 de Mayo, donde vivía.
Cuando cumplió 17 años de edad, se llevó a su novia, de nombre Montserrat, a vivir con él.
Monserrat asegura que Juan Antonio no cometió el asesinato del que se le acusa, porque la noche del crimen estaba con ella, en la casa.
“Ese día que le dispararon al chavo, Juan estaba conmigo en la casa, en la noche se escuchó el relajo y salimos, ya estaba el muchacho en el piso muerto, y luego, luego, los amigos del chavo dijeron que había sido Juan”.
Monserrat platica que su pareja había peleado a golpes con el menor fallecido una semana antes, por lo que cree que por esa causa lo culparon del asesinato.
“En la declaración que tomaron ese día, los amigos del chavo dijeron que había ido a buscar a mi novio para echarle pleito y que había sacado una pistola, y que le disparo de frente. Luego en la autopsia salió que el balazo había sido en la espalda, si mi novio ni tiene pistolas”.
Son ocho meses los que lleva de interno Juan, y en este tiempo su pareja asegura que se han cancelado nueve audiencias, a falta de la presencia de los testigos y familiares.
Estuvo prófugo tres años

Desde hace siete meses, Guadalupe Alatorre acude a visitar a su hijo al Centro de Readaptación Social para Adolescentes.
Su hijo fue culpado por el delito de homicidio en el 2011, pero fue apenas en julio de 2014 que se entregó a las autoridades, luego de estar prófugo de la justicia durante tres años.
Según la mamá, el joven estaba en la calle, platicando con su hermana de 14 años, cuando llegó un pandillero a insultarlo.
El muchacho respondió a los insultos, pero fue calmado por su hermana quien logró convencerlo de que se metiera a su casa.
Al escuchar que las agresiones verbales continuaban, ahora contra su hermana, el muchacho salió de la casa para pelear con el pandillero.
Entre forcejeos, el agresor resbaló de la orilla de la banqueta, cayendo de espaldas en la calle: se mató con un golpe en la cabeza.
“Mi hijo se asustó y corrió. Estuvo prófugo hasta el año pasado en que se entregó a las autoridades”, recordó la mamá.
“Antes que ocurriera todo esto, mi hijo estaba estudiado su prepa, ya iba a pasa a segundo semestre, era muy tranquilo pero en la colonia donde vivimos hay mucho pandillero, y son muy problemáticos”.
El presunto homicida ahora tiene 20 años de edad, y será juzgado como menor, porque el crimen ocurrió cuando tenía 17 años.

Procesana 53 por violación

Los delitos sexuales, que incluyen la violación, se ubicaron como el quinto ilícito más frecuente cometido por adolescentes guanajuatenses, con 53 casos procesados.
Sin embargo, no todos terminan internados en el Centro de Readaptación para Adolescentes.
Sólo el 15% de los internos son acusados de violación.
Uno de esos internos es Sergio, quien está acusado de intentar violar a su hermana de siete años.
El pasado mes de diciembre, Sergio fue detenido por una acusación que hicieron los padrinos de la niña.
Los papás dicen que confían plenamente en la inocencia de su hijo, y que la acusación es producto de malos entendidos de sus compadres, quienes quieren perjudicarlos como familia.
Pese a la defensa de los papás, Sergio ya fue declarado culpable de abusar de su hermanita. Estará ocho meses recluido y se prevé que en agosto será liberado.
El menor, de 15 años de edad, cursaba la secundaria en San Miguel de Allende, cuando fue detenido.
Otro detenido por violación es Ignacio, de 16 años de edad, quien es originario de Cuerámaro.
Desde hace dos meses permanece internado en el Centro para Adolescentes, acusado de violar a un niño de diez años.
Hasta antes de su detención Ignacio estaba cursando el primer semestre de la preparatoria.
La acusación la realizaron los padres del niño afectado; ellos tienen relación familiar directa con Ignacio, ya que son sus tíos.
Para la familia de Ignacio, la acusación de violación se origina por la disputa de unos terrenos.
Por el momento, las partes involucradas están en proceso de negociación para llegar a un acuerdo económico y poder conseguir la libertad para Ignacio.

Usan a adolescentes para narcomenudeo

Según las bases de datos del INEGI, el narcomenudeo es el delito por el que se procesa a más adolescentes en Guanajuato. De 535 menores guanajuatenses procesados, 138 son por narcomenudeo.
El segundo delito más común son las lesiones, con 100 casos, seguido de los robos con 79, y el homicidio con 58.
Del total de menores hallados culpables en el estado, en ningún caso se le declaró autor intelectual del delito.
La mayoría fue condenado por ser autor material, coautor o cómplice del delito.
Es decir, los adultos planean los ilícitos y usan a los adolescentes para que los ejecuten.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *