Los astronautas de la Estación Espacial se aventuraron el domingo al espacio exterior por tercera vez para completar un complicado trabajo de cableado. La labor, instalar casi 244 metros (800 pies) de cables en tres caminatas espaciales— es necesaria para el funcionamiento de nuevas cápsulas tripuladas de la NASA.
Un par de puertos de acoplamiento llegarán más adelante este año a la estación, a los que seguirán las cápsulas, con astronautas a bordo, en 2017.
Los astronautas estadounidenses Terry Virts y Butch Wilmore tenían el domingo la labor de instalar 122 metros (400 pies) más de cables de electricidad y datos, así como dos antenas. Ya habían instalado 111 metros en sus primeras dos caminatas, el 21 de febrero y el miércoles pasado.
La NASA no ha realizado tantas caminatas consecutivas desde los días del transbordador y la cantidad de cables a instalar no tiene precedentes. Serán necesarias más caminatas una vez que los nuevos puertos de acoplamiento lleguen en junio.
“Buena suerte, muchachos”, dijo la astronauta italiana Samantha Cristoforetti desde dentro dela estación cuando la caminata comenzó.
Antes de aprobar la caminata del domingo, los ingenieros dedicaron dos días a analizar una fuga de agua en el casco de Virts, ocurrida al final de la salida del miércoles.
Una pequeña cantidad de agua entró al casco de Virts cuando entró al compartimiento hermético, que se estaba represurizando. Lo ingenieros concluyeron que el incidente fue resultado de la condensación, una circunstancia que se comprende bien y que ha ocurrido varias veces con el mismo traje espacial. Virts nunca estuvo en peligro, según la NASA.
El traje de Wilmore funcionó perfectamente durante las dos primeras caminatas espaciales, pero el domingo un sensor depresión falló brevemente antes de salir al espacio exterior. El control de misión dijo a Wilmore que debía prestar más atención al funcionamiento del traje durante la caminata de siete horas.
Wilmore debe regresar a Tierra la próxima semana tras una misión de cinco meses y medio. Virts está a medio camino de su misión. La nave rusa Soyuz los llevó a ambos a la Estación Espacial y la NASA pagó los gastos, que ascendieron a millones de dólares.
Para ahorrar dinero y no depender tanto de Rusia, la NASA ha contratado a Boeing y a SpaceX para desarrollar naves capaces de transportar astronautas a la Estación Espacial. Los dos contratos son un por valor cercano a los 7,000 millones de dólares. SpaceX ya está llevando carga a la estación bajo un contrato separado con la NASA.

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