Esta ciudad tiene tantos recintos y ofrece tantas actividades que unas cuantas horas no bastan para conocer algunas de sus facetas más vistosas. Desde uno de sus museos o mercados, São Paulo es el perfecto punto de partida para comenzar un itinerario por Brasil o, incluso, Sudamérica.
Grandeza religiosa
En el corazón de la ciudad se encuentra la Catedral Metropolitana de São Paulo o Catedral da Sé, la cual está dedicada a la Asunción de María.
Aunque sobresale por su estilo gótico, su construcción comenzó en 1912 y estuvo lista en 1954; anteriormente había otra catedral en el mismo sitio, que fue totalmente demolida.
Al caminar por sus pasillos, la belleza de los vitrales –algunos hechos por el artista ruso Conrado Sorgenicht Filho– obligan a detenerse, así como el órgano, proveniente de Italia, el cual está considerado el más grande de Sudamérica.
Para acceder a este recinto no se requiere hacer ningún donativo, como sucede en otras catedrales de Canadá o Europa.
Toma nota: La catedral está abierta de lunes a viernes de 8:00 a 19:00 horas, los sábados de 8:00 a 17:00 horas y los domingos de 8:00 a 13:00 horas y de 15:00 a 18:00 horas.
‘Falando’ portugués
Uno de los museos que más recomiendan los paulistas para conocer la cultura brasileña, y en especial de su idioma, es el de la Lengua Portuguesa.
Ocupa una imponente construcción que data de 1901, muy cerca de la Plaza de la Luz, y es el único museo en el mundo dedicado exclusivamente a un idioma.
En su exposición permanente se puede ver la historia y la formación del portugués, su llegada y cambio en Brasil.
Desde que abrió en 2006, aproximadamente 2 millones de personas han visitado sus exhibiciones, de acuerdo con el sitio oficial del museo. Hay recorridos guiados e información en español, inglés, francés y, por supuesto, en portugués.
Toma nota: El museo abre martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas; cierra los lunes.
Trenes por doquier
A escasos pasos del Museo de la Lengua Portuguesa, el visitante se topa con la Estación de la Luz, en donde se reúnen cientos de trenes procedentes de todas las latitudes de Brasil con los convoyes del Metro de la ciudad.
La estación fue abierta al público en 1901 y sus estructuras, que imitan al Big Ben y a la Abadía de Westminster, fueron traídas directamente desde Inglaterra.
Y es justamente por su belleza arquitectónica que se invita a los turistas a hacer una escala para conocerla y tomar algunas fotos.
Toma nota: La zona es muy segura en el día, pero no se recomienda estar cerca ya entrada la noche.
Sabor latino
El Mercado Municipal de São Paulo es uno de los mejores sitios en la ciudad para comer o hacer una buena compra gastronómica. Abierto desde hace 81 años, en éste se ofrece cualquier cantidad de frutas y verduras, además de productos como pastas, dulces, especias y vinos.
El área más concurrida, especialmente los fines de semana, es el de la comida, ubicada en el segundo piso; en ocasiones hay que esperar hasta 45 minutos para conseguir una mesa en alguno de sus restaurantes o cafeterías.
Toma nota: Dentro del mercado hay una tienda de souvenirs, llamada Mercapoint, en la que es posible encontrar la típica taza, playera o imán, entre otras cosas.

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